29.10.07

Los 300



Hombre, tan heroicos como Leónidas y los suyos, no somos, pero al menos hemos cumplido con el entrenamiento a pesar de que había un viento bastante asquerosito en la contrarrecta. Parece que estoy empezando a conocer Vicálvaro.
Anduvimos elucubrando cómo quitarnos el viento, pero no había manera de hacerlo razonablemente. Lo mejor para las ráfagas era salir en el 200 y acabar en la salida del 300, pero en 45" no da tiempo a llegar de nuevo al 200 caminando, o va un poco justo.
Total, que los hemos hecho todos de corrido, arrancando de donde parábamos en la repetición anterior. Y así es como nos hemos comido el 5 x 4 x 300, rec:45" y 3'.
En el grupo íbamos Mario, Dani, José Javier y yo. Bueno, es un decir, Dani iba cuando se conseguía controlar, Mario si le apetecía, y yo iba con ellos si se decidían a relajarse :-))

Así, he hecho los dos primeros bloques a 55,3" y 55", pero ya sintiendo el gancho y sufriendo en las repeticiones con aire. Ahí Mario y Dani han decidido ir un poco más lentos y taparnos el aire, con lo que los bloques tercero y cuarto se han ido a 56,5" y 55,8". Se notaba el cansancio, pero al menos notaba que podría terminar sin arrastrarme. El último bloque hemos apretado un poco más, y a mi me ha salido en 54,9".

Satisfecho. La mala noticia: a Juan le ha vuelto a visitar la rodilla. Esperemos que no sea nada.


Powered by ScribeFire.

La vuelta al cole

O a la Universidad.


Otros años no he corrido el cross de la que fue mi universidad, la UPM, debido a que la participación estaba cerrada a no universitarios. Sí, podría haber corrido por la Uned, pero no me apetecía andar imprimiendo cartas de pago para mendigar un puesto en la línea de salida. Así que por fin este año, con el cambio de política, me he estrenado. Además, me pilla al lado de casa de mis tíos, con lo que la idea era hacer la mañana completa: entrenamiento, carrera y visita familiar.

En la carrera me junté con Ángel y Luis, además de muchos otros conocidos con los que nos fuimos encontrando. Calentamos 7 km para ir reconociendo los toboganes que nos encontraríamos, y porque todos queríamos no sólo correr, sino entrenar, por lo que los 5 km del cross se nos quedaban cortos.
Unos progresivos, un poco de técnica de carrera, y a la línea de salida.

Mi idea era sustituir el R3 de la semana con el cross, de modo que haría la carrera a ritmo fuerte, pero no de competición. Aunque no me importaba ir un pelín más rápido que en un R3 al uso, pues la distancia era algo menor. Así las cosas, pienso en salir tranquilo, pero entre que coges sitio y que no me encontraba mal, hacemos el primer kilómetro, justo toda la subida hasta Pablo Neruda, en 3'42'' y sensaciones de mucha comodidad. Luego tenemos el recorrido casi a la inversa hasta volver a la línea de salida, esto es, un kilómetro de bajada en el que sin apretar nos ponemos en 3'23''.
El resto de la carrera fue ir enlazando subidas y bajadas de 500 metros, aproximadamente. No hay rampas brutales, pero sí pendientes acusadas que van minando el ritmo. Los kilómetros se suceden entre 3'30'' y 3'40'', y al final llego a meta con la sensación de sufrir un poco, pero sin llegar a la agonía propia de la competición. 18:05 para 5.080 metros, según el Garmin.
Con la suelta posterior, 14 km pal cuerpo.


View Larger Map

Ayer me levanté relativamente tarde porque el sábado hubo sarao. Así que hasta casi las 12 no arranqué en la CdC. Me hice un rodajito de 13 km por zona de cortafuegos, toboganes, y algo de llano por la zona del Bosque. A esas horas me sorprendió ver la cantidad de máquinas que andan sueltos por esos caminos de Dios.
Completé con técnica de carrera y gimnasio, hasta 50'. Así que aprovechamos bien la mañana.

Hoy empezamos mesociclo, dos días de series a la semana. De primer plato, los trescientos.


Powered by ScribeFire.

25.10.07

¿Y mañana qué hago yo?

No sabía si titular este post "Y al vigésimo día descansó", o como al final lo he titulado.

El caso es que llegamos ya al viernes de la tercera semana de este mesociclo. Mira que se dice siempre, que es una frase convertida en tópico, pero es que de verdad que desde este verano tengo la sensación de que el tiempo vuela, las semanas huyen y el calendario se escapa a marchas forzadas. Ya tenemos el fin de semana a la vuelta de la esquina, y casi ni me he enterado.

El lunes comenzamos las andanzas atléticas de la semana con el último día de gimnasia en Vicálvaro. Día raro, porque Mora se puso a hacer sus doscientos y no tuvimos la banda sonora habitual :-)
Fue un día de los habituales de gimnasia, con su calentamiento, su enfriamiento, y unos 55 minutos de cerita gimnástica para que las piernas se fuesen "contentitas" a la cama.

Anteayer, martes, tocaba un aeróbico extensivo en el que se me fue un poco la mano, digo las piernas. Me fui al Pardo, al recorrido que va de Somontes a la presa, que Ángel me descubrió hace ya tiempo. Comienza este recorrido por un camino de tierra compactada, casi completamente llano, de 4 km, hasta llegar al Pardo. Allí recorre unos 600 metros por asfalto, para entrar en un tramo de 2700 metros de senderito muy ondulado, subeybaja, junto al río, entre árboles, con sus mosquitos y sus jabalíes. Ya ves, animales de todo tamaño y condición. La vuelta, por el mismo camino, arroja un total de 14,65 km. Desde el principio fui un poco rápido (3'59'' en el segundo kilómetro), y al final no conseguí frenarme del todo, con lo que el rodaje salió a 4'08'', con buenas sensaciones, pero debería aprender a controlarme.

Ayer terminábamos con los 200 en Vicálvaro. No lo teníamos muy claro al principio, porque se puso a caer una chupa de agua de consideración. Pero al final la cosa se quedó en una lluvia fina que no impidió terminar con el 4 x 4 x 200.
Como la semana pasada, tocó sufrir unos metritos por detrás de los güenos, con un poco de envidia al ver su "desahogo", pero al final mejoré ligeramente los tiempos de hace siete días, sacando una media ligeramente inferior a los 35" por repetición.

Hoy, finalmente, rodaje regenerativo... en teoría. Como hablaba ayer con Vicente, es muy difícil controlarse. Más aún cuando los 200 no te dejan las piernas machacadas, sino ligeritas en comparación con los días de gimnasia. Así, lo que apetece es correr. Afortunadamente, en cuanto he visto un kilómetro por debajo de 4'20'' me he conseguido parar un poco, de modo que he terminado la horita a unos 4'25''. Más rápido de lo previsto, pero comodísimo.

Y como digo, tras 20 días consecutivos de entrenamiento, mañana hay descanso... ¡¿y qué hago yo?! Pues nada, algo habrá que buscarse, jeje. Me imagino que habrá tarde de paseo por el centro, de tiendas, y quizá de cine. Ya informaré.


Powered by ScribeFire.

21.10.07

... y van dos

Dos. Van dos semanitas de acumulación ininterrumpida. Ciertamente noto esa cantidad de días seguidos sin descanso, pero por virtud de la estructuración del entrenamiento, me canso pero no voy petao ni quemao. Como bien definió el míster, son semanas que cansan, pero que no sobreentrenan, pues la gimnasia (y/o el gimnasio) tiene esa virtud.

Así las cosas, el jueves hice el regenerativo con buenas sensaciones, sin ir arrastrando los 200 del día anterior, pero el viernes me encontraba un tanto arrastrado. Intuyo que el haber dormido menos de seis horas esa noche, y enlazar el entrenamiento con la salida del curro tuvo mucho que ver. Así que pené por la CdC, aunque me llegó para darme cuenta de lo verde y bonita que se ha puesto ya a estas alturas. Terminé con 10 cuestas de pendiente máxima, y luego añadí un poco de gimnasio para el tren superior.

El sábado tocaba el R3, y yo iba acohonao pensando en las malas sensaciones del día anterior. Sin embargo, me levanté relativamente bien, así que con algo más de confianza fui subiendo al bosque en una mañana realmente fría. Allí hice el primer bosque junto con Pino, un poquitín por delante de él hasta que en la recta del cero él cambió. Nacho iba cómodo, y desde el 3 se fue en solitario. El segundo bosque se me hizo bastante largo, y algo más lento que el primero. Lo bueno es que el pulso se mantuvo bajito (media de 171 ppm, y en el segundo bosque casi nunca pasé de 174 ppm), si bien tenía sensación de piernas pensadas y de no tener nada de cambio. Imagino que es la consecuencia del entrenamiento que estamos llevando. Como dato muy positivo, señalar que he comparado este rodaje con un 2,5 x Bosque de enero del año pasado, y me sale muy similar de ritmo y pulso, y entonces estaba en un momento fino fino. No creo que esto quiera decir que estoy como entonces, ni mucho menos, pero sí que vamos por el buen camino.

Y hoy, un día largo de narices. A las 7 de camino a la estación sur haciendo de taxista. Luego ya me fui al Cagigal para hacer 45 minutos de gimnasio, y luego rodar una horita comenzando muy suave, y terminando casi sin pisar caminos, un rodaje lleno de cortafuegos, cuestas y campo a través, con el último kilómetro un poco rapidillo, sin exagerar, para soltar las piernas. Luego, a Vista Alegre a ver al Madrís de baloncesto... y a las cuatro un siestorro tremendo.

Ahora, de nuevo, estoy vivo :-)


Powered by ScribeFire.

18.10.07

Entrando en materia

Es la sensación que tengo a lo largo de esta semana. La pasada, como ya dejé claro en mis anteriores aportaciones, fui un poco presa de la desubicación, de estar descolocado durante el viaje, de no saber muy bien dónde estaba. Para explicarlo un poco, aunque no sé si aclararé mucho las cosas, había veces las 10 de la mañana que, entre que ya había entrenado, y que durante el curso no había momentos de ocio (o currabas, o comías, o currabas, o dormías, aunque poco, o currabas o entrenabas), tenía la sensación de que era por la noche y me tenía que ir a la cama... y todavía quedaban 14 horas de día por delante.
Esta sensación ya la he tenido en otras ocasiones: recuerdo cuando me volví de Hamburgo, los últimos meses estuve muy liado con el trabajo, la mudanza, estudiar... y a menudo iba en el tren por la mañana con esa misma idea, de estar por la noche y necesitar acostarme... no por cansancio real, sino por la sensación de llevar mucho tiempo activo, sin verdadero momento para relajarme.
Pero esta semana todo es diferente. Ya he dormido parte de lo que me debía a mi mismo, he vuelto a entrenar por las tardes-noches, y si no fuese por el calor que aún tenemos, parecería que nos estamos encaminando de verdad al invierno. Entiéndase, no es que haga calor de verdad, pero son temperaturas raras para un Madrid en el que se suele pasar del agobio veraniego al frío invernal en dos telediarios.
Para terminar de redondear la sensación de entrar en materia, ya hemos comenzado con las series en grupo. El lunes hubo gimnasia (verisón exprés por la junta del club), el martes un buen extensivo, a unos 4'12'', y ayer el 5 x 4 x 200. Desde el principio fui un poco rápido comparado con la semana pasada, a pesar de que en primera instancia no quise, y luego no pude seguir, a Mario, Chuky, Dani y Vicente. Me fui dejando unos metritos por repetición, que a la postre fueron los necesarios para terminar el entrenamiento y que el entrenamiento no terminara conmigo. Satisfecho por mantener los ritmos y mejorar un segundo respecto de la semana anterior, solateras y en Bremen.
Hoy tocaba el regenerativo, bien y cómodo. Con el pulso ya entrando en valores bajitos -vamos pillando la forma- y la sensación de no ir petao de piernas... es curioso que es lo que he sufrido hasta el martes: creo que el extensivo del martes, y el mucho dormir de ese día obraron milagros.
Hoy incluso me he regalado 10 minutos de skipping.
Mañana nos iremos a la CdC, imagino, a pegarle un poco a las cuestas y quizá algo de gimnasio para el tren superior, que hace tiempo que lo tengo un pelín descuidado.


Powered by ScribeFire.

15.10.07

Vuelta a casa

Escribo esto en el avión de vuelta a Madrid. Es una vuelta a casa, a la realidad, a la rutina… una mezcla de sentimientos encontrados. Por un lado, la semana ha sido agotadora, por lo que saber que esta noche duermo en casa y que poco a poco vamos a ir entrando en el tran tran habitual de una semana normal como tantas otras, suena como un horizonte prometedor, que me permitirá recuperarme de unos días largos y muy ajetreados. Además, en lo puramente atlético, perdón, chustiatlético, vendrá bien para poder entrenar sin más impedimentos que los que me son consustanciales. O sea, lo paquete que soy.

Pero, por otro lado, este paso por mi querida Norddeustchland, incluyendo dos breves estancias de fin de semana en Hamburgo, me ha dejado un sabor extraordinario en la boca. Ahora siento ese regusto de placer, de felicidad, de nostalgia y de recuerdos que se agolpan en la cabeza y más abajo. Ayer llegué con el tren de Bremen, y me fui raudo a casa de mi amigo Fernando, donde me eché una buena siesta de dos horitas para reponerme un poco. Vendría bien para aguantar por la noche, ya que habíamos quedado con Antonio, otro viejo conocido, y una buena tropa multinacional, para pasar la velada en un garito de Altona. Hay cosas que no cambian, y la atmósfera, el ambiente, se mantienen, aunque me di cuenta de que el Duschbar ya no es tal, y que ahora va y se llama Bargo. Buena noche, muy larga, prolongada hasta las 6, pero parecía que me quería demostrar a mi mismo que aún estoy joven, y a pesar de que hoy justo enfilo la recta final hacia los 30 (escrito esto el 14 de Octubre), me he levantado de la cama al poco de abrir los ojos, a eso de las 11. Hemos desayunado, y me he ido a hacer el R3 en el Alster.

Vaya pedazo de día. Impresionante. Ni una sola nube, temperatura fresca pero muy agradable, y muchísima gente que a ratos ha convertido el R3 en un eslalon complicado. Pero no se ha dado nada mal, creo. Calentamiento en el que pensaba que el Garmin se había vuelto loco, pues resulta que estaba rodando con sensación de tocarme las bolas e iba a 4’10’’, pero luego se ha confirmado que iba a ese ritmo.

El R3 comenzando muy tranqui, aunque al final siempre se nota el esfuerzo. Máxime cuando hoy ya pasábamos de 6 a 8 km. He hecho un pelín menos para completar justo una vuelta (7400 metros), pero las sensaciones han sido buenas, especialmente por no ir con el gancho, y sólo forzado justo al final.

Luego, comida cerca del Alster, exquisita, y un poco de estrés en el aeropuerto con una curranta de la Lufhansa con poquitas luces.

Y aquí estoy, escuchando Thunder y esperando llegar a Madrid para reengancharme a la rutina, como decía. Mañana no habrá S-Bahn, no habrá WG, no habrá rodaje en el lago. Toca gimnasia en Vicálvaro… y también me apetece mucho.

13.10.07

Vaya semanita

Uf, ha sido muy interesante, mucho, pero también cansado. He pasado la semana completa haciendo un curso por medio del curro, en las inmediaciones de Bremen, y estos días han sido una combinación de charlas, trabajo en grupo, buen comer, muy poco sueño, y entrenamientos a horas intempestivas.

El día habitual comenzaba, desde el punto de vista lectivo, a las 8:30, tras el desayuno, y se prolongaba a lo largo de toda la jornada con alguna pausa de 15 minutos para el café, o bien de una hora para la comida y la cena, respectivamente. Hasta el miércoles fuimos acostándonos a horas bastante razonables, pero el jueves y el viernes hubo que prolongar el tabajo bastante tiempo, así que en ambas ocasiones no olí la cama hasta la 1:30 o las 2 de la madrugada. Afortunadamente, el trabajo nocturno se amenizaba merced a los señores Becks y Fransziskaner, ofertados de manera gratuita por el curso :-).

Así las cosas, no quedaba más remedio que hacer los entrenamientos de madrugada. He conseguido seguir el plan con bastante fidelidad, aunque alguna pequeña variación ha habido que meter, claro. Imagino que los ritmos habrán salido algo más lentillos por la cosa de empezar a darle a la zapatilla entre las 6:15 y las 6:45, pero tampoco me han dejado insatisfecho (beneficios de entrenar a 5 o 6 graditos y al nivel del mar). Lo dejé en el rodaje del martes, un extensivo a buen ritmito.

El miércoles hice unos kilómetros y unos 35 minutos de gimnasia. Bien por lo que toca a la voluntad, y es que verse en un bosque a esas horas, casi a oscuras, pegando saltos de un lado para otro, te hace pensar que estás un poco loco, jeje. Pero los ejercicios en sí me costaron bastante: iba cargado de piernas por la acumulación de entrenamientos y por la hora. Pero es lo que hay.

El jueves, regenerativo al canto, con sensaciones bastante mejores. Algo más de doce kilómetros en un poco menos de una hora, que sirvieron para oxigenar (un poco) las bielas.

Más difícil sería lo del viernes: ¿dónde carajo encuentro yo unas cuestas ahora? Unas cuestecitas empinadas iban a ser misión imposible, así que me puse a buscar algo que al menos tirase un poquitín parriba. Rueda que te rueda, me meto por un caminito agropecuario, y aquí me llevé el susto: perraco tremendo que me ve correr por la zona, y se viene a por mi con una determinación que acojona. Y aquí decido probar lo que parece más razonable, pero también difícil de hacer: las piernas te piden salir corriendo, pero eso creo que sería contraproducente, así que me paro (antes paro el crono y el Garmin, que uno es un vicioso, y aunque sea hecho trizas por el perro, quiero tener los datos del rodaje), no hago frente al perro y tampoco salgo corriendo, sino que poco a poco camino y me voy alejando. En principio no para, se sigue acercando y ladrando, camino, camino, camino… y al final no deja de ladrar, pero se detiene. Madre, qué mal rato. Pero mira, termino por seguir rodando sin más contratiempos. Y al final encuentro 100 metros en cuestecita, ligera pero cuestecita al fin y al cabo, y le pego 10 subidas a todo trapo (lo que en mi caso de fondista malo y velocista lamentable es ir pisando huevos). Termino soltando. En este caso no soltaba para relajar las piernas, sino para que se me bajasen los huevos, que seguían a la altura del cuello.

Y hoy, rodaje sin gimnasia ni nada, el R3 lo haré mañana. Ha salido más rápido que lo presagiado por las menos de cinco horas de cama, pero tampoco ha sido la octava maravilla del mundo.

Ahora voy de camino a Hamburgo, y me acabo de dar cuenta de que el mamón del portátil me ha perdido el archivo Excel de los entrenamientos. Así que me va a tocar pasar un tiempecito con el sw de Polar para recuperar todos esos datos. Cagonlalecheputa. Menos mal que esta noche me espera esa maravillosa ciudad. Qué gran regalo para mañana, jeje.

9.10.07

Sonrisas y lágrimas


¿Nos vamos a dedicar a hablar de cine, en luar de carreritas y entrenamientos? Ésta es la pregunta que te puede asaltar al leer el título de este post. Y no sería descabellado, porque seguramente podría llegar a hacer aportaciones más valiosas que vertiendo entrenamientos, competiciones y reflexiones de una chusta en zapatillas. Pero como tampoco me veo capacitado para escribir sobre cine con coherencia, profundidad y capacidad de atracción, lo dejaremos tal y como está.

El fin de semana ha sido muy intenso: comenzó con las cuestas del viernes en el JC-I, a las que se añadió el trote posterior preparando la carrera del Decathlon. Esta actividad, que desde el punto de vista meramente deportivo se dio bien, puso un halo de preocupación y de dolor en torno al pie izquierdo, que no deja de quejarse y de darme una impresión un tanto rara… lágrimas enjugadas por la cena tapiera, exquisita y, sobre todo, divertidísima, disfrutada en excelente compañía: sonrisas.

Sonrisas que se repitieron a lo largo del sábado con el buen resultado de la carrera del Decathlon y, sobre todo, con mi llegada a Hamburgo. Dos minutos en la ciudad y parecía que nunca me había ido. Me senté en el S-Bahn con una sonrisa tonta y eterna dibujada en la cara, henchido de emoción, a ratos conteniendo el llanto que quería participar en la fiesta de mi regreso a la ciudad hanseática. La felicidad era casi absoluta, aún más rotunda al encontrarme con Fernando, con quien pasé una velada encantadora.

Y el domingo por la mañana se redondeó la dicha: mañana fría, soleada, otoñal, luminosa. Un calentamiento unido al R3 de la semana en torno al Alster, precioso, con buenas sensaciones. Y casi sin dolor, para terminar de coronar mi alegría.

El día no había hecho sino comenzar, y lo aproveché a tope paseando por la cuna de tantas satisfacciones pasadas, bañado por el sol tibio empeñado en revelarme la mejor de las caras de Hamburgo. A mediodía, tras un brunch apetitoso en Schanze, cogí el tren a Bremen, donde nos juntamos los compañeros del curso que me tiene fuera de casa durante esta semana.

Ya desde el lunes estamos en las afueras de Bremen. Ayer hice los 5 x 4 x 200 del plan. El entorno es precioso, y he encontrado una buena recta para hacer el entrenamiento. Buenas sensaciones a pesar de la hora, ayudado por una temperatura agradable y una niebla húmeda que invitaba a darle duro a la zapatilla. Y al terminar, lágrimas: dolor, pero no en los pies, donde se mitiga, sino en las piernas, que se han llevado una buena zurra.

Hoy, 15 km a buen ritmito y casi en la oscuridad absoluta.

4.10.07

Se presentaron las piernas... y algo más

Parecían las piernas tener un aguante infinito. Me avisaron los colegas de que después de Navafría, el domingo no tendría ganas de calzarme las zapatillas. Muy al contrario, lo pasé bien en la carrerita del BBVA, fruto de correr a un ritmo no suave, pero tampoco muy fuerte. Lo justo para disfrutar de una velocidad de crucero sin la necesidad de forzar la máquina.
Tampoco en el rodaje posterior por la CdC me encontré agobiado, con dolor de piernas ni nada por el estilo.

El lunes había la gimnasia vicalvareña, elemento ideal para cascarse las piernas a base de bien. Añadimos algunos ejercicios de regalo para los cuádriceps que presagiaban un martes doloroso... pues tampoco, parece que el rodaje del martes, si bien no absolutamente redondo y fácil, tampoco se hizo excesivamente cuesta arriba.



Sin embargo, ayer ya notaba yo un nosequé por las bielas. Pero como somos un tanto masocas, la lluvia, la tormenta, y ese fin del mundo que parecía amenazarnos desde el cielo (ése que se caería sobre nuestras cabezas, como decían en los tebeos de Astérix), no nos arredraron, y nos dimos cita unos cuantos para darle de nuevo a la gimnasia en la pista de Vicálvaro. En la pista, claro, porque el césped no era tal, sino que parecía un arrozal de la Albufera. Así, se sucedieron los saltos, la técnica de carrera y finalmente el ejercicio del miranda, que consiste en hacer como que te sientas a ver un partido de júrgol, pero sin asiento, y cuando te quieres dar cuenta y desvías la mirada de ese jugador con gorrilla y chándal remangado, te percatas de que te queman las piennas.

Así que hoy ando con los cuádriceps pidiéndome responsabilidades por lo de ayer. No me preocupa. Más mosca me tiene, sin embargo, un dolor que no va a más, pero que no se termina de ir, en el exterior del pie izquierdo. Lo conozco, porque fue una tendinitis de hace tres años que me hizo parar durante diez días. Así que espero ir tanteándolo y viendo su evolución, a ver si se va aburrido, o si al final tengo que tomar otras medidas.


Powered by ScribeFire.

2.10.07

Nueva temporada, nuevo curso

Llevaba tiempo desaparecido de la escritura del blog, así que a ver si lo retomo y voy dejando constancia de lo que va ocurriendo en este mi mundo del corredor chustilla.

Hace realmente más de un mes que hemos comenzado con la nueva temporada: el 21 de Agosto volví a rodar tras los días de bici por los Picos de Europa, al principio con mucha incomodidad y una pesadez tremenda. Poco a poco lo dejamos en rodar con incomodidad y pesadez, ni mucha ni tremenda, pero tampoco como si estuviese en forma, claro. En esos primeros días fui haciendo algo de gimnasia y técnica de carrera por mi cuenta... o eso creía yo, jeje.

En Septiembre me he incorporado al grupo de Vallehermoso del Paris. Y ciertamente aquí sí que hemos empezado a hacer gimnasia de verdad, de la que consigue dejarte recuerdos para el día siguiente. Los primeros días tenía la sensación de que sí, que esto era un nuevo curso, pero además con todas las letras. Me parecía estar en medio de una clase de EF, haciendo ejercicios, pegando botes y demás. Y, sinceramente, no dejo de encontrarle ese lado lúdico, reforzado por el buen ambiente que se vive en estas sesiones. Hay tiempo para comentarios y risas de todo tipo, lo que se agradece un montón y hace muy llevadero un esfuerzo que siempre está presente. Por el momento, encantado con el grupito y los entrenamientos.

Y a ver si, como decía ayer Vicente, seguimos quedando en la Casa de Campo los domingos para hacer gimnasia. El día que así fue lo pasé muy bien, primero con los ejercicios de saltos y técnica, y a continuación con esas famosas colinas finlandesas que te van minando las piernas a medida que escalas por las paredes cercanas a la subestación eléctrica. Pero como siempre, la presencia del grupo hace que el entrenamiento sea llevadero y se disfrute mucho.

En cuanto a las competiciones, todavía estoy muy desconectado, porque aún no toca. Vamos rodando, haciendo gimnasia y demás, pero hasta la semana que viene no olemos las repeticiones. Que en este caso serán de 200. Así las cosas, este domingo me metí en la carrera del BBVA a acompañar a Carlos Matraco, que quería salir a 3'55''/km o así. Como siempre sucede en estos casos, la carrera salió más rápida de lo esperado inicialmente, de modo que acabamos en 18:36 los 4,95 km que medía la cosita. 3'45'' de media en un circuito muy cómodo para correr, además de bonito.

Esta semana no habrá nada. O mejor dicho, sí, pero desde el otro lado: la carrera del Decathlon en Sanse. Y nada más terminar: ¡a Hamburgo!


Powered by ScribeFire.