26.2.08

Luchando contra los elementos


Ya conocemos la anécdota de la llamada Armada Invencible, que salió a la batalla convencida de su superioridad y salió trasquilada. Como siempre, las versiones difieren cuando se escucha a los vencedores y a los vencidos, pero parece claro que ni fue una gloriosa victoria inglesa, ni todo el fracaso español se aclara por el hecho de que Felipe II no hubiese "mandado a su naves a luchar contra los elementos".

Así me siento tras la media de Torrevieja. Está claro que con el tiempo que hizo no se podía sacar una gran marca, pero también es verdad que me parece demasiado perder tres minutos respecto de mi objetivo para la carrera. El caso es que esa mañana, al ver el tiempo que teníamos, con una lluvia abundante desde la madrugada, y un viento fuerte y racheado de levante, vi que el resultado se resentiría, pero al mismo tiempo decidí no rendirme y hacerlo lo mejor posible. Un planteamiento parecido al de la media de Donosti de Mayo pasado.

Las condiciones eran muy malas: agua continua, recorrido encharcado que no deja pisar bien, ni agarrar apropiadamente, y laguitos abundantes que hacen que los pies pesen un quintal. De propina, el viento. Ante esto, dos planteamientos: directamente bajas el ritmo entre 5 y 10 segundos de salida, para hacer una carrera regular, o sales con dos cojones y poca cabeza a marcar el ritmo previsto hasta donde puedas. Hice esto último.

Arrancamos con dos kilómetros en 3:35 y 3:37, pillamos el giro al extremo occidental del recorrido, y empezamos a pelar con el viento. Aquí me cruzo con Javi Maratoniano, que al verme tirando del grupo me grita que me cubra. Tiene razón, pero si me meto en el grupo, veo que el ritmo decrece. Así que tiro para coger a los que nos preceden. Con la mala suerte de que cuando los engancho, ya no es grupo, sino que se ha disgregado, y no hay manera de protegerse de los arreones de Eolo. Esto se traduce en que pasamos el 5 en 18:22 (3:40 de media), ya con ritmo perdido, y muchas fuerzas malgastadas. Además, sabiendo que de aquí al final no habrá manera de meterme al abrigo de ningún pelotón, y que lo máximo que puedo hacer es mantener el ritmo a base de intentar ir pillando a otros corredores.

Llego al 10 corriendo con un compañero de viaje que lo fue durante al menos 5 km, pero que claramente se iba a caer en cuanto hubiese un cambio de ritmo. Paso en 37:05, con parcial del 5 al 10 de 18:43 (3:45), muestra clara de que vamos para abajo. Y cuando giramos en el 12,5, los arreones del viento son ya tremendos. Ángel nos engancha, veo con terror que el k.14 se nos va a 3:57 (después de que del 10 al 13 hemos ido a un ritmillo mantenido de 3:45), trato de seguir su ritmo, y mi compañero se descuelga definitivamente. De aquí al 18 tendré siempre la referencia de Ángel a unos 25-50 metros. Seguimos bregando y peleando, pasando por el 15 en 56:09 (parcial de 19:04, a 3:49), pero poco a poco veo que el pulso cae. Le encuentro dos expicaciones: o bien la cabeza no es capaz de sacar ese puntito de sufrimiento necesario para afrontar los últimos kilómetros con verdaderas garantías, y cae el motor; o bien las fuerzas gastadas me imposibilitan para seguir el ritmo, y el cerebro directamente se pone en modo de ahorro, en línea con las explicaciones de Nono en el foro. Sea como sea, del 5 al 10 el pulso medio fue de 179 ppm, y del 10 al 15 es de 177 ppm.

Al final se me va el nuevo parisino, y voy penando hacia la meta (k. 20 en 1.15:28, parcial de 19:19, a 3:52 y 174 ppm), picando por mi crono 1.19:40. Es lo que hay, no sé lo que habría hecho en otras condiciones, pero dado el día arriesgué y no salió. Otra vez será.

Foto al paso por el k. 10

22.2.08

A 5 km

Estamos a unos 5 km de la salida, más o menos.

Eso es lo que queda por hacer, en forma de un rodaje muy suave, de precompetición, mañana por la mañana. Lo cierto es que esta semana me encuentro bastante rarito, porque después de bastantes machaques, me voy a plantar en la línea de salida de la media con una señora descarga de kilómetros.

Esta semana ha ido sirviendo para, por un lado, ir dejando atrás las molestias respiratorias -es extraño que, aunque no me quedan rastros de catarro, o lo que sea, sigo notando algo de irritación en las vías respiratorias; me temo que la sequía y la mierda de atmósfera que "disfrutamos" deben de tener mucho que ver-. Por otro, para que las piernas vayan teniendo hambre de correr, que es de lo que se trata antes de una carrera de largo aliento.

Con esta intención, esta semana hemos hecho lo siguiente:

Lunes: descanso, para terminar de echar al alien del pecho. Parece que más o menos funcionó.

Martes, una lluvia fina y agradable para acompañar un rodaje suave de unos 11 km. Seguía notando el esfuerzo del fin de semana, pero las sensaciones no fueron malas, en tanto en cuanto la pesadez de piernas iba quedando atrás.

Miércoles: último día de algo de velocidad. Me pasé por el INEF, bastante tarde, para hacer 3 km de calentamiento, un 2000 a ritmo aproximado de media (7'11'', a ver si es verdad que es ritmo de media)... y con dos recuperaciones de 3 minutos, sendos miles que me dejasen la velocidad en las piernas. Piqué 3'15'' y 3'13'', lo que quiere decir que a pesar del volumen, cuando a las piernas les das tregua, responden con algo de velocidad.

Jueves: al trote. 8 km de nada, con pulso casi de calentamiento (138 ppm) y un ritmo de 4'23''. Ya notaba que las piernas pedían guerra, que obviamente no les concedí. Tuve una sensación curiosa: por un lado, notaba en los gemelos y los cuádriceps el hecho de haber corrido dos miles a ritmos superiores a los habituales. Pero por otro, esa sensación no era de cansancio, de piernas pesadas, sino simplemente de "utilización del músculo". Las gambas parece que se notan sueltas. Sólo hace falta que respondan el domingo... hoy, descanso, claro.

18.2.08

Bajo consumo


Pues sí. No sé por qué, pero se me ha puesto la patata en modo de funcionamiento con bajo consumo. No tengo ni idea de si tiene que ver algo con el medio catarro, medio virus, que me anda pululando por el cuerpo. O si sólo es un proceso fisiológico de adaptación al entrenamiento. Pero ya no es uno o dos días, he constatado que se trata de una tendencia que se extiende a lo largo de los últimos entrenamientos.

Ayer hice el último largo antes de la media de Torrevieja. En el plan ponía que hoy tocaban 12 km a ritmo vivo, pero hice las siguientes reflexiones:
- El sábado, aunque fue un entrenamiento acabado al 75%, hice un fraccionado
- La carga de entrenamientos está siendo buena y abundante
- Prefiero tener la última semana muy descargada con un único toque rapidillo el miércoles, para darle chispa a las piernas
- Por tanto, mi idea para esta semana es meter todo rodajitos menos ese entrenamiento algo más rápido del miércoles

Estas premisas se tradujeron en que ayer me puse las zapatillas en la CdC con la intención de dividir el entrenamiento en dos mitades que sumasen en torno a 25 km. Comencé a rodar con Luis y Raúl suave, más lento de 5 mpk y progresando hacia los 4:30, de modo que completamos 11 km a 4'40'', más o menos.

A esas alturas estábamos en el Bosque, y yo me puse a hacer dos vueltas a un ritmo vivo, alegre, que pretendían ser en 16' y salieron en 15:30 y 15:25 (3'52'' de media, más o menos). Al terminar, rodé un poco más suave hasta enganchar de nuevo a Luis y nos bajamos por el Obús, primero a unos 4'10'', y luego in crescendo, con la suave pendiente a favor y el aire frío en contra. Así, fuimos progresando en el ritmo hasta acabar a 3'38''. Total, 13 km a un ritmo de 3'55'' de media, que sumados al "prólogo" dieron un entrenamiento de 24 km.

Y como digo, en modo ahorro: la primera mitad, de subida, a 135 ppm. La segunda, a 160 ppm. Me sorprenden los dos bosques (3'52'' a 163 ppm) y el terminar a un máximo de 166 en el tramo de bajada, cuando el ritmo ya eran esos 3'38'': ahí notaba ya el cansancio muscular del rodaje, y costaba mantener el ritmo, pero de caja iba muy cómodo.

Esto lo interpreto como que, efectivamente, estoy asimilando el entrenamiento y la base aeróbica es excelente. Ahora falta comprobar, y eso sólo lo haré el domingo, si ese terreno resbaladizo que es el umbral anaeróbico, ha sido currado igual de bien, y refleja unos resultados parecidos.

De ser así, espero buena carrera en Torrevieja. Siempre digo que, en mi opinión, la base del éxito en la media reside en la combinación de dos factores:

1) Creación de una muy buena base aeróbica, que permita que el cuerpo realice poco gasto, y un gasto perfectamente sostenible, a ritmos aeróbicos.

2) Que el umbral se eleve, de modo que podamos ir rápido con un metabolismo básicamente aeróbico. Esto se traduce en que seremos capaces de correr durante mucho tiempo con un pulso alto, puesto que no entramos en el terreno prohibido de la anaerobia. Muestra de esto es cuando el año pasado pude correr en Granollers a una media de 178 ppm.

Pues nada... y sobre todo, espero que el medio constipado se vaya. Hoy, de momento, parece que el alien, que diría Landes :-)), ya casi ha salido del pecho. Lo que queda es una fuente de moquillos nasales al más puro estilo de la alergia. Así que, como uno de estos dos días (lunes o martes) iba a descansar, me he tomado el día de hoy de asueto, y será mañana cuando ruede, con la esperanza de tener ya las napias más vacías.

16.2.08

Con el motor gripado

No todo iban a ser milagros, como pronosticaba en el post anterior (ojo a la paradoja: post anterior...). Así que el miércoles me encontraba realmente flojo y destemplado, por lo que decidí dejar el entrenamiento y tomarme un descanso.

Lo trasladé al jueves, cuando me planté en el INEF con la intención de meterme el 15 x 500 entre pecho y espalda. Con la diferencia, eso sí, de que esta vez tocaba hacerlo solo, sin ese magnífico pelotón que se había juntado la semana anterior en Vicálvaro. Al final salió el entrenamiento, a unos 1:38, si bien a partir de la séptima u octava repetición iba con la sensación de que tenía "un algo" en el pecho que me impedía respirar, de modo que se hacía complicado tragar aire, especialmente a partir del 300, o así.

Ayer, viernes, la sensación fue extrañísima, pues resulta que se me puso el cuerpo en modo stand-by. No sé cómo ni por qué, pero el caso es que calcando el rodajito suave de la semana anterior, con un segundo de diferencia, hace ocho días di 143 ppm de media, y ayer fueron 133 ppm. Al llegar a casa me tomé la tensión por si veía algo raro, y la verdad es que parece que estaba todo normal, así que opté por no preocuparme e irme a tomar unas cañas.

Y hoy me he acercado al bosque con la pretensión de hacer el 5 x 2000. Y ha sido eso, la pretensión. Mi idea, para alternar y que la cosa no se hiciese muy repetitiva, era hacer en primer lugar el dosmil que hizo Vicente la semana pasada (saliendo del cero del bosque, y volviendo por el carril central hasta la papelera), y a continuación el que me enseñó el año pasado el Pinchos, saliendo desde unos 50-60 metros antes del cero, pero terminando por esa recta, en lugar del carril bici.

El primero, 6:54 pasando el mil en 3:27, con buenas sensaciones, y acabando a 174 ppm.
El segundo, 6:46 pasando el mil en 3:25. En relación con el primero, le deben de faltar unos cuatro o cinco segundos. Acabando en 177 ppm.
Y el tercero... pues he empezado bien, repitiendo el paso por el mil del primero; pero si bien ya en la recuperación entre el segundo y el tercero he empezado a notar inquilinos en el pecho, en este dosmil se han manifestado a las claras, y desde que he terminado la subida inicial, se me ha puesto un nosequé entre el pecho y la garganta que hacía muy difícil tragar aire. Tan es así, que en la recta del carril bici he perdido diez segundos respecto del primer dosmil, creo que fruto de esa sensación de ahogo con que iba corriendo. He terminado en 7:03, y en la recuperación me ha costado un montón coger aire. Así que he decidido cortar para evitar problemas.

Me he unido a Luis, que estaba haciendo 3 x 3000, y aunque él se me ha ido al principio de su tercera repetición (de nuevo el inquilino en los pulmones), luego he mantenido a un ritmo de 3:45 que sí me resultaba llevadero, para completar 2500 metros más. Así, ha salido una cosa rara: 3 x 2000 + 2500, con los tres dosmiles a ritmos buenos, y el 2500 más suave.

A ver si mañana se da bien la kilometrada y consigo desalojar definitivamente a los viruses para el domingo que viene, que este sábado me que quedado un poco tocao de cabeza.

13.2.08

El milagro cotidiano


Ayer me pasé todo el día con la mosca detrás de la oreja. Desde bien temprano tenía una sensación de cansancio notable, unido a un medio cosquilleo, medio irritación, en la garganta, que no hacían presagiar nada bueno. Uno de esos días en los que cada vez que te levantas de tu sitio en el ordenador, parece imposible que por la tarde vayas a poder hacer nada que no sea tumbarte en el sillón nada más llegar a casa. Y a fe que estuve tentado de hacerlo, tomándome un día de descanso.

No obstante, sé que cuando se sale a rodar muy suave, siempre y cuando no haya fiebre, ese ejercicio puede contribuir a mejorar el estado general. No tengo una explicación muy científica al respecto, pero creo que es algo así como que la temperatura corporal aumenta ligeramente, y esto hace que se contribuya a activar la lucha contra agentes externos en el cuerpo. Sea como sea, que me hago la picha un lío, me calcé las zapatillas y, eso sí, me protegí con manga larga y una braga al cuello. A lo largo del rodaje me resultaría excesivo, pero ayer prefería pasar calor a arriesgarme innecesariamente.

Así que me eché a la calle con el único objetivo de rodar hasta donde me sintiese cómodo. Bueno, lo de cómodo es un decir, porque a estas alturas la frescura de piernas es un recuerdo lejano, muy lejano, y el principio del entrenamiento es una lucha contra esa sensación de incomodidad que las acompaña. Pero poco a poco fui entrando en materia, y con un pulso muy bajito fui haciendo un extensivo suave de acumular kilómetros. Una vuelta a la Dehesa, otra hasta el faro de Moncloa y vuelta, y otra por la Dehesa porque entonces, ya sí, me encontraba realmente a gusto. Total, unos 18 km.

Y como servidor es muy maniático de las cosas del correl monitorizado, estuve mirando la evolución del extensivo de los martes a lo largo de estas semanas. Como ya dije otro día, ahora me estoy tomando estos extensivos con bastante calma para poder recuperarme del lunes al miércoles, porque el volumen general está siendo bastante elevado. Pues bien, que me enrollo:

29/01: 18 km a 4'26'' y 147 ppm
05/02: 18 km a 4'23'' y 147 ppm
12/02: 18 km a 4'21'' y 145 ppm

Tengo la sensación de estar pillando ya la forma, lo que se suele traducir, al menos por la experiencia que he tenido, en una bajada de los ritmos cardíacos, si bien se pasa un tiempo con cansancio general, y en particular al correr a ritmos vivos o altos, hasta que el descanso lleva consigo la compensación necesaria. A ver si es verdad y la cosa va bien.

Entretanto, sigo acojonadete, porque la garganta y el pecho no dejan de notarse raritos...


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12.2.08

Y al final tocó correr


El domingo se disputó en Madrid, en el Parque de las Cruces de Aluche, una prueba que, por tradicional, me apetecía mucho correr. Se trata del Trofeo Marathón de campo a través. El nombre, aclaro, se debe a que lo organiza la A. D. Marathón, y no a ninguna otra razón. Hago este inciso porque buscando algo de información acerca de la carrera, me topé con este artículo del año 2001, publicado en El País. Ni cortos ni perezosos, haciendo gala de una capacidad de documentación asombrosa, dicen que la prueba consiste en correr un maratón campo a través (será clave dosificar el esfuerzo en carrera, mucho más pesada que si se
tratara de correr 42 kilómetros por un terreno limpio y llano
). Pa cagalse, oiga.

Bueno, pues hecha la aclaración, decir que la prueba Senior se disputaba en último lugar, prevista a las 13:15, sobre un recorrido de unos 11 km. Antes se disputaron carreras de categorías inferiores, así como las de veteranos, veteranas y la Senior femenina, en la que se impuso Diana Martín.
Nosotros habríamos de dar una vuelta corta, de unos 700 metros, y cuatro largas, algo por encima de los 2.500 metros. Mi idea era bastante clara: estaba en la semana de mayor volumen de mi vida chustiatlética, en la que no se habían perdonado entrenamientos rápidos y de calidad, por lo que llegaba con las piernas pesaditas y con la idea de hacer un ritmito rapidillo, pero empezando tranquilo y cogiendo poco a poco tono, sin competir.

Pero hete aquí que nos ponemos en la línea de salida y, mirando para uno y otro lado, veo que seremos unos 40 en total, y encima la pinta de galgos de los corredores impone bastante. Viendo el percal, se hace obvio que o corro un poquito o quedo el porras más absoluto. Así las cosas, salgo sin perder la cabeza (la mía: la de carrera se perdió en la lejanía rápidamente), y me dedico a hacer toda la carrera manteniendo más o menos el ritmo, y pasando poco a poco a corredores que van a menos. De este modo se hace la carrera muy llevadera, pues siempre hay alguna referencia a por la que ir. He de decir que el circuito me gustó mucho: a pesar de ser muy planito, con sólo dos repechos breves, lo hicieron bonito a base de incluir muchos giros, cambios de dirección, y bastantes zonas de paso entre arboleda, lo que daba a veces la sensación de trasladarte a un lugar lejano de un parque urbano.

En cuanto a las sensaciones, fueron buenas "de caja", sin encontrarme asfixiado, y con un pulso bastante moderado. No obstante, las piernas se quejaban bastante... con razón, claro: tras el domingo, eché cuentas y salieron 110 km en la semana. Por ello parecía imposible subir más el ritmo, dando la sensación de correr un tanto torpe.

Ayer, para soltar, fui a Vicálvaro con la idea de alterar el entrenamiento previsto. Pensaba hacer lo siguiente: miles tranquilos, saliendo con los que hiciesen los dosmiles. De este modo, saldría, pararía en el mil; tras aproximadamente 1'25'', volvería el grupo al paso por su 1400, de modo que yo me engancharía en otro mil, haciendo el último 400 solo. Así saldría un 10 x 1000 rec:1'30'', aproximadamente. Al contar la idea, Paco, Alberto y Mario decidieron que mejor dejarse de tonterías y hacer todos los miles juntitos. Así que eso hicimos, una sesión de miles suaves por el ritmo, para que las piernas no se quejasen mucho. Pero al fin y al cabo fue un 10 x 1000 rec:1' a unos 3'33'', que no es volverse loco, pero tampoco es rodar charlando.

A ver si el miércoles montamos otra vez el mitin de los 500.


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7.2.08

El tren


Vaya un día chulo vivimos ayer en el CAR de Vicálvaro.

Lo decía Dani en el foro, y tiene toda la razón: fue un día glorioso, muy chulo. Por un lado, estaban por allí los velocistas (Miguelo, Mariano, Javi y Manuel); por otro, otra tropa enorme de fondistas, del Boston, entre los que asomaba la gaita Digilogic, también conocido forista de El Atleta. Ellos estaban haciendo 400, parecido a nuestro entrenamiento.

Nosotros nos juntamos un buen grupo del Paris, o de lo que sea, a hacer un 15 x 500, si bien hubo alguno que adaptó el entrenamiento a sus necesidades. Sólo faltó Vicente, que anda liado como la pata de un romano con el nuevo currele. Los demás fuimos Dani, Chuky, Mario, Alberto, Paco, David y servidor. Hasta el 12º fuimos relevándonos cinco para tirar, de manera bastante regular, y divirtiéndonos un montón. Allí salía el trenecito, uno tras otro, a ritmo controlado, alguno bufando, otros pitando, otros silbando, y Mario hablando, claro, jeje.

Fueron cayendo las repeticiones de esa manera un tanto milagrosa con que se suceden los quince quinientos: al principio parece que no se podrá mantener el ritmo de la misma manera todo el entrenamiento. Cuando te quieres dar cuenta vas por el octavo o el décimo, ya mediada la tarea, y al final resulta que sí, que se ha sufrido pero se ha cumplido con el deber. Y así fue. Obviamente los hubo que pudieron apretar más en las últimas repeticiones (con un quinientos espectacular de Mario y Dani para cerrar la sesión), mientras que otros nos contentamos con acabar con buenas sensaciones recortando uno o dos segundillos en la última. Pues eso, un día magnífico.

Hoy tocaba el intensivo de 10 km. La idea, no dejarse la vida en el entrenamiento tras la calidad del día anterior. Así que me he ido al bosque rodando, y allí he hecho 10 km en el entorno de los 4'/km. Total, 39:34. Entre unas cosas y otras, casi 20 km, acumulando 65 en cuatro días que llevamos de la semana. Parece que no está mal. Y de momento las piernas y los ritmos sobreviven. A ver si dura.


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4.2.08

Como un cochino


Ya conocemos la expresión "pasárselo como un cochino en un charquillo'mierda", y si bien muchas veces puedo decir que me lo he pasado así de bien, pocas veces podré afirmar que el dicho se ajusta literalmente y letra por letra a lo vivido en una carrera. Esto fue ayer, claro, en el Provincial de Cross. Nos habíamos inscrito en el campeonato individual Vicente y yo, porque en el nuevo club no somos galácticos y no nos hemos colado en el campeonato por clubes.

Pero vamos, esto no ha sido óbice para disfrutar un montón: hemos llegado a San Sebastián de los Reyes, en mi caso despotricando contra el tío que inventó los badenes y contra toda su extensa familia. Qué horror conducir por allí. Sea como sea, he llegado a la zona de las carpas y me he encontrado con Vicente y bastantes conocidos. Hemos pillado unas zapatillas rebajadas, y nos hemos ido a hacer tiempo a la cafetería del polideportivo anejo porque fuera iba lloviendo cada vez más y la cosa se ponía fea. De hecho, al llegar he decidido que correría con los clavos, y no con las rápidas. Al poco tiempo, convencido por lo que me cantaban los ojitos y los consejos de los compañeros de club (Viren, Bribón, Jacobo...), cambié los que llevaba por otros de 9 mm... y no han sido demasiado largos, la verdad sea dicha.

Tras un calentamiento de unos 25', a cámara de llamadas y, como dice el míster, al lío. Decidimos salir muy tranquilos, porque era obvio que de lo contrario, la petada estaría asegurada. Así, a cola de pelotón, hemos arrancado igual que en Alcobendas. Y de ahí al final recuperando puestos: la primera vuelta a la estela de Vicente, en la segunda he tirado yo para compartir el esfuerzo y hemos subido un pelín el ritmo. Ya desde la tercera me puse a la espalda del míster y fui perdiendo poco a poco comba, sin petar, yendo bastante regular, pero cada vuelta ligeramente más lento. De este modo ha transcurrido la carrera, disfrutando y sintiendo el peso de las curvas, el barro, las cuestas, y agradeciendo los ánimos de un montón de amigos y aficionados en la zona de la meta (que por cierto, a pesar de las dificultades que entrañaba, me ha encantado).

Lo dicho, satisfacción y la sensación de pasarlo muy bien, de haber vivido el atletismo en estado puro.

Y la verdad es que no me he encontrado mal, a pesar de ser otra semana centenaria: hubo un 15 x 500 el miércoles, 20 km el jueves, y rodajes más cortos y suaves el viernes y el sábado para llegar medio frescos.
Hoy, que he tenido que renunciar al 5 x 2000 en Vicálvaro por el examen de la UNED, he hecho un entrenamiento a medio camino entre la calidad y el rodaje vivo en la CdC: 9 km en el Bosque repartidos en 3 bloques de medio-vivo-rápido, haciendo kilómetros a medias de unos 4'05'' - 3'55'' - 3'45'', aproximadamente.

Luego parece que el examen no se ha dado mal, pero para confirmar esto habrá que esperar al menos un par de semanas.


¡Ah! Encabeza la entrada una foto del cross disponible en la página de la fede, donde se nos ve a Chuky, Vicente y a mi.


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