Atleta en Vallehermoso
Supongo que a muchos les puede parecer una estupidez, un sentimiento infantil, una tontería como otra cualquiera. Pero el caso es que transcurridos casi tres días desde la reunión de atletismo de Vallehermoso, sigo teniendo la sensación de que viví un día ciertamente especial.
Fue algo precioso, y creo que muy bueno para el atletismo, que alguien tuviese la idea feliz de organizar las pruebas populares y open. En varias de ellas el nivel fue eso, popular, si bien en alguna carrera -como el 1500-, se llegaron a ver prestaciones no de elite, pero tampoco puramente populares: el 3:52 de Pablo Vega así lo atestigua. Asimismo, la vuelta final del último mil popular, en un minutillo, no estuvo nada mal tampoco.
Sea como sea, el hecho de congregar a un buen número de atletas populares, y de regalar una invitación a todos ellos, hizo que la afluencia de público fuese muy superior a la triste entrada que vivimos el año pasado. Así, pudimos hacer honor a un plantel de atletas que nos regalaron una preciosa tarde-noche de atletismo puro.
A destacar, obviamente, el intento de récord del mundo de altura por parte de Blanca Vlasic. Tras un concurso excelente e impecable, superando los 2,05 y así logrando una mejor marca mundial de la temporada, se atrevió con 2,10... y tengo la sensación de que en el primer salto anduvo muy cerca de lograrlo.
Sobresaliente también, como tantas veces, Lebedeva. Y Pestano, y España, o los ases del milqui en su incursión en el 800... una pasada, vaya.
Pero si por algo fue especial el día fue porque allí me sentí atleta, en el calentamiento, en la cámara de llamadas, en la salida a la pista, en la competición simultáneamente visualizada en la pantalla... tanto es así que me quedé en el filo del objetivo, de esos modestos 3 minutos en el mil, hasta tal punto que el Polar me indicaba 3:00.1. Pero allí me quedé, como esos atletas -de verdad- que esperan la confirmación de un nuevo récord del mundo, o de su MMP. Y cuando apareció mi nombre en la pantalla, junto al tiempo de 2:59.64, me sentí feliz por un instante.
Dos minutos después me di cuenta de que la temporada acababa de terminar, y he de reconocer que me entró una especie de nostalgia prematura. Para curarla, me tocará echar la vista atrás y terminar con los dos capítulos de resumen de la temporada que tengo aún pendientes de publicar.
Fue algo precioso, y creo que muy bueno para el atletismo, que alguien tuviese la idea feliz de organizar las pruebas populares y open. En varias de ellas el nivel fue eso, popular, si bien en alguna carrera -como el 1500-, se llegaron a ver prestaciones no de elite, pero tampoco puramente populares: el 3:52 de Pablo Vega así lo atestigua. Asimismo, la vuelta final del último mil popular, en un minutillo, no estuvo nada mal tampoco.
Sea como sea, el hecho de congregar a un buen número de atletas populares, y de regalar una invitación a todos ellos, hizo que la afluencia de público fuese muy superior a la triste entrada que vivimos el año pasado. Así, pudimos hacer honor a un plantel de atletas que nos regalaron una preciosa tarde-noche de atletismo puro.
A destacar, obviamente, el intento de récord del mundo de altura por parte de Blanca Vlasic. Tras un concurso excelente e impecable, superando los 2,05 y así logrando una mejor marca mundial de la temporada, se atrevió con 2,10... y tengo la sensación de que en el primer salto anduvo muy cerca de lograrlo.
Sobresaliente también, como tantas veces, Lebedeva. Y Pestano, y España, o los ases del milqui en su incursión en el 800... una pasada, vaya.
Pero si por algo fue especial el día fue porque allí me sentí atleta, en el calentamiento, en la cámara de llamadas, en la salida a la pista, en la competición simultáneamente visualizada en la pantalla... tanto es así que me quedé en el filo del objetivo, de esos modestos 3 minutos en el mil, hasta tal punto que el Polar me indicaba 3:00.1. Pero allí me quedé, como esos atletas -de verdad- que esperan la confirmación de un nuevo récord del mundo, o de su MMP. Y cuando apareció mi nombre en la pantalla, junto al tiempo de 2:59.64, me sentí feliz por un instante.
Dos minutos después me di cuenta de que la temporada acababa de terminar, y he de reconocer que me entró una especie de nostalgia prematura. Para curarla, me tocará echar la vista atrás y terminar con los dos capítulos de resumen de la temporada que tengo aún pendientes de publicar.
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