Primavera y transición
Desde siempre ha sido la primavera una etapa en el año que ha marcado una transición, un antes y un después. Esto era más notable aún antiguamente (supongo, porque no estaba yo allí para contarlo), cuando el final del invierno suponía la vuelta de días largos, el regreso de la luz, de las temperaturas tibias que permitían un mínimo de comodidad en el quehacer diario. Era el momento en que el campo, la ciudad, todo, volvía a la vida. El punto de partida para las actividades agrícolas y comerciales que se extenderían a lo largo de estos meses, llegando hasta el otoño, momento en que el letargo de nuevo se apodera de la rutina.
Todo esto viene porque, aunque como digo ahora las cosas deben de ser muy diferente, se sigue notando un cambio obvio. En términos generales, hemos vivido un mes de Marzo, y estamos viviendo un Abril, en los que el tiempo da muestras claras de estar pasando por ese proceso de crisis. Se deja los ropajes fríos del invierno para vestirse las ropas ligeras del verano, pero entretanto se encuentra un tanto perdido y desubicado. Lo mismo un día se presenta cálido y soleado, como en otro hay lluvia, granizo y frío. Y para poder pegar esos vaivenes, todo viene aderezado por un viento fuerte, casi continuo, que me hace entender por qué dicen que la gente en Tarifa se termina volviendo loca.
Si nos fijamos en el día a día atlético, también observamos este cambio. Vamos dejando la ruta, y pasamos a la temporada de pista. Los grandes volúmenes del invierno van quedando atrás, y ahora toca afinar, correr más durante menos tiempo. Aunque alguna incursión en carreras populares en ruta seguiremos haciendo, eso está claro. Pero serán más bien eso: incursiones, no una norma general.
La semana pasada ya hicimos un día de entrenamiento cortito (12 x 300), si bien los tiempos sufrieron la presencia de un viento continuo, fortísimo.
En el resto de la semana hice algo de gimnasio y dos entrenamientos que me dejaron satisfecho el fin de semana. 4 milquis el sábado con Sergio y Esther, sin sufrir en exceso, a unos 5:12.
El domingo, rodaje de 14 km en dos mitades: r1/r2, aproximadamente, en 31:00 y 27:12.
Y ayer volvimos a Vicálvaro, donde el consenso popular se decidió por los miles. En mi caso, 8 x 1000 r:1'30'' con la idea de no quemarme. Así que lo que hicimos Dani y yo fue ir a ritmillo hasta el 600, y luego cambiar hacia el final. De este modo me salieron a 3'21'' de media, terminando el último a 3'16''. Lo mejor es que las sensaciones no fueron agónicas, sino de encontrarme bastante cómodo. Mucho mejor que en entrenamientos calcados de este invierno, pero a medias de 3'25''.
A ver si rematamos los diezmiles con una carrera que me deje más satisfecho... aunque el domingo se vuelven a anunciar los vientos del copón. Este año parezco haberme enemistado con Eolo.
Todo esto viene porque, aunque como digo ahora las cosas deben de ser muy diferente, se sigue notando un cambio obvio. En términos generales, hemos vivido un mes de Marzo, y estamos viviendo un Abril, en los que el tiempo da muestras claras de estar pasando por ese proceso de crisis. Se deja los ropajes fríos del invierno para vestirse las ropas ligeras del verano, pero entretanto se encuentra un tanto perdido y desubicado. Lo mismo un día se presenta cálido y soleado, como en otro hay lluvia, granizo y frío. Y para poder pegar esos vaivenes, todo viene aderezado por un viento fuerte, casi continuo, que me hace entender por qué dicen que la gente en Tarifa se termina volviendo loca.
Si nos fijamos en el día a día atlético, también observamos este cambio. Vamos dejando la ruta, y pasamos a la temporada de pista. Los grandes volúmenes del invierno van quedando atrás, y ahora toca afinar, correr más durante menos tiempo. Aunque alguna incursión en carreras populares en ruta seguiremos haciendo, eso está claro. Pero serán más bien eso: incursiones, no una norma general.
La semana pasada ya hicimos un día de entrenamiento cortito (12 x 300), si bien los tiempos sufrieron la presencia de un viento continuo, fortísimo.
En el resto de la semana hice algo de gimnasio y dos entrenamientos que me dejaron satisfecho el fin de semana. 4 milquis el sábado con Sergio y Esther, sin sufrir en exceso, a unos 5:12.
El domingo, rodaje de 14 km en dos mitades: r1/r2, aproximadamente, en 31:00 y 27:12.
Y ayer volvimos a Vicálvaro, donde el consenso popular se decidió por los miles. En mi caso, 8 x 1000 r:1'30'' con la idea de no quemarme. Así que lo que hicimos Dani y yo fue ir a ritmillo hasta el 600, y luego cambiar hacia el final. De este modo me salieron a 3'21'' de media, terminando el último a 3'16''. Lo mejor es que las sensaciones no fueron agónicas, sino de encontrarme bastante cómodo. Mucho mejor que en entrenamientos calcados de este invierno, pero a medias de 3'25''.
A ver si rematamos los diezmiles con una carrera que me deje más satisfecho... aunque el domingo se vuelven a anunciar los vientos del copón. Este año parezco haberme enemistado con Eolo.
4 comentarios:
¿Sin sufrir en exceso sobrepasando las 180pp? ¿A qué llamas tú sufrir??????
Yo "sufro" por ecinma de 140
No digas que hiciste esos milquis conmigo que alguno se creerá que corro y todo ;-).
Eso sí, si yo voy por encima de 180ppm no es que sufra, es que muero, y tampoco tenemos tan diferentes las ppm máx. Para mi, por encima de 170ppm (mi UAN es 172ppm) ya es agonía pura...
Vamos, que somos unos flojos jeje ;-)
Besitos, cuñaete!
Eolo nos tiene a todos hasta los molinos este año. Eso si, cuando se eche la siesta van a salir unas MMPs de cagalse :P
Eolo está empezando a ponerse muuuuy pesado.
Me tiene con sus vientos, sus idas y venidas de nubes, unas con agua, otras también pero pasan de largo, sus cambios de temperatura y todos los demás complementos a juego propios del Dios Eolo hasta el cogote.
Paciencia pido, que se me acaba.
Y Lisboa a la vuelta de la esquina mientras voy suplicando un calorcito algo mas que agradable.
No llegará, no.
Saludos.
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