Los lobos
Tenemos un hilo en el foro del Paris en el que solemos acordar las quedadas para el Bosque, o para cualquier rodaje por la Casa de Campo. Su título es "Los sábados, en el bosque, cuidado con los lobos". No sé muy bien lo que le movió a Nobel a ponérselo un día de hace ya tres años, aunque Vicente apuntase una posibilidad... si bien es cierto que él se refería a las lobas, más que a los lobos. Pero bueno, eso es harina de otro costal que ahora no viene al caso.
Sea como sea, viene siendo algo habitual en plena temporada quedar los sábados para hacer un controlado en el Bosque que, en función de los objetivos y la programación de cada uno, puede ir de una sola vuelta al conocido circuito (4 km), hasta 16 km en el caso de los maratonianos. Hoy era uno de esos días, que además venía aderezado por varias circunstancias especiales. Por un lado, por la visita desde Galicia de Pedro Herbello. Por otro, en un plano puramente personal, porque hacía ya meses que no corría por mi muy añorada Casa de Campo. Así que con estos condicionantes me he unido a los lobos del Paris con la inestimable compañía de un tiempo casi calcado del de la semana pasada en Alcalá. Una vez más, el otoño madrileño al que se refería Muñoz Molina en sus Ventanas de Manhattan, nos ha regalado una de esas mañanas que se desperezan frías y llenas de luz, y culminan en un mediodía de tintes puramente primaverales, sólo desmentido por la acumulación de hojas amarillas, pardas, rojizas y de todas las tonalidades intermedias en los árboles y en el suelo.
La ocasión, por lo tanto, ha sido muy propicia para disfrutar de un entrenamiento satisfactorio. Y es que en estos casos el Bosque es un entorno singular y precioso, con un atractivo que, al menos para mi, raya en lo embrujador. Su aspecto se parece mucho al de la imagen que aompaña esta entrada.
Le hemos dado dos vueltas al circuito, cada uno al ritmo que ha estimado conveniente... bueno, realmente sé de alguno que las ha dado a un ritmo que ni de lejos consideraba conveniente, pero es el que las piernas han dictado finalmente. Como una de ellas no se ha quejado, ni se queja de momento de vuelta en casa, lo daremos por bueno con el firme compromiso de utilizar más la cabeza en ocasiones venideras.
Sea como sea, viene siendo algo habitual en plena temporada quedar los sábados para hacer un controlado en el Bosque que, en función de los objetivos y la programación de cada uno, puede ir de una sola vuelta al conocido circuito (4 km), hasta 16 km en el caso de los maratonianos. Hoy era uno de esos días, que además venía aderezado por varias circunstancias especiales. Por un lado, por la visita desde Galicia de Pedro Herbello. Por otro, en un plano puramente personal, porque hacía ya meses que no corría por mi muy añorada Casa de Campo. Así que con estos condicionantes me he unido a los lobos del Paris con la inestimable compañía de un tiempo casi calcado del de la semana pasada en Alcalá. Una vez más, el otoño madrileño al que se refería Muñoz Molina en sus Ventanas de Manhattan, nos ha regalado una de esas mañanas que se desperezan frías y llenas de luz, y culminan en un mediodía de tintes puramente primaverales, sólo desmentido por la acumulación de hojas amarillas, pardas, rojizas y de todas las tonalidades intermedias en los árboles y en el suelo.
La ocasión, por lo tanto, ha sido muy propicia para disfrutar de un entrenamiento satisfactorio. Y es que en estos casos el Bosque es un entorno singular y precioso, con un atractivo que, al menos para mi, raya en lo embrujador. Su aspecto se parece mucho al de la imagen que aompaña esta entrada.
Le hemos dado dos vueltas al circuito, cada uno al ritmo que ha estimado conveniente... bueno, realmente sé de alguno que las ha dado a un ritmo que ni de lejos consideraba conveniente, pero es el que las piernas han dictado finalmente. Como una de ellas no se ha quejado, ni se queja de momento de vuelta en casa, lo daremos por bueno con el firme compromiso de utilizar más la cabeza en ocasiones venideras.
12 comentarios:
Y yo que me lo he perdido. Hoy el cuerpo me ha pedido tregua, primero en forma de horita extra en la cama, luego en forma de casi descanso en lo atlético. Me he presentado en el parque, me he dado una vuelta y al ver que no iba ni queriendo (casi 18' en completarla) me he vuelto para casa a ver si mañana se da mejor.
Suena bien eso del bosque. Mejor, desde luego, que el circuito ventoso de la combi de hoy.
Un saludo.
"alguno que las ha dado a un ritmo que ni de lejos consideraba conveniente"
Esa cabezaaaaaaa. :-)
Bueno la cosa pinta bien. ¿Hoy sin remordimientos?
Bueno, bueno, cuenta que luego lo complementaste con algo de tonificación de tren superior y alguna flexiones de piernas y trabajo de perineo y gemelos jejeje
¿Va mejor ese cuello? :-P
Besitos!
Entre Santi Palillo y tú me habeis sorprendido por la sintonía que hemos tenido respecto a la CdC. Está claro que nos gusta.
Pero de lo que más me alegro es de comprobar que ya estás totalmente recuperado y vuelves a correr y a estas páginas.
Vicente, ya sabes que como decía Pino, el bosque nos pone a cada uno en nuestro sitio, y es obvio que en tu caso, el sábado, ese sitio era la cama :-)
Yo creo que el domingo sí tendrás una buena oportunidad de ¿disfrutar? el Bosque, siempre y cuando te hayas hecho ya con el dorsal.
Luis, ¿conoces el bosque? Si toda la CdC me encanta, el bosque me parece que tiene un embrujo particular. Sobre todo cuando una mañana fría hay un poquitín de bruma y el sol empieza a pasar entre los árboles... ¡me encanta!
Sergio, me la van a tener que amueblar de nuevo, la cabeza, digo. El domingo hubo rodaje tranquilo y largo, así que ayer, lunes, tenía la rodilla algo cansada, pero parece que con un poquito de reposo todo se va. Hoy creo que haremos gimnasio.
Esther, ya me has dao la idea para la siguiente entrada, jeje.
Mildo, es que está claro que la CdC nos tiene cautivados. Si te pasa a ti, que tan cerca la puedes disfrutar, imagínate lo que ocurre con los que por lo general sólo vamos una o dos veces a la semana... cada vez es una ocasión especial :-)
Vale, me acabo dar cuenta de una graaaan cagada... qué malo es dormir 4 horas y media...
Lo que trabajamos fue el periostio... el perineo puede que lo trabajaras también, pero eso ya no es asunto mío :-P ;-)))
Besitos!
P.D.: menos mal que hay confianza, que si no... jajaja
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Con esas horas de sueño, se puede perdonar :-)
Pues tú debías de estar igual o peor, porque tampoco te diste ni cuenta ;-)))
Ayer estaba yo pa darme cuenta de poco. Vaya tela...
Me alegro que ya estés entrenando bien, y que las molestias de la rodilla se te vayan pasando.
saludos
Muchas gracias, Dragón. Ahí vamos, poquito a poco.
Por cierto, no sabía lo de tu blog... y está ¡chulo, chulo!
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