25.11.08

Deportes alternativos

Ya lo apuntaba Esther en su blog. El domingo no fue un día exclusivamente deportivo, o al menos no exclusivamente deportivo en la acepción más clásica del término. Por la mañana sí tuve una ración de lo que hemos dado en llamar un rodaje social, en tanto en cuanto se practica a ritmos que nos permitan contarnos el transcurso de la semana sin demasiado esfuerzo. Como nos reunimos una cuadra de parlanchines sin remedio, el entrenamiento se convierte casi casi en un debate en el que hay que ir pidiéndose la vez para no pisar las intervenciones de unos y otros. Deberíamos regularlo al estilo de los de 59 segundos.

Tras una sesión de sobremesa mucho más relajada para el cuerpo, a excepción del corazón, en la que disfrutamos del triunfo en la Davis, por la noche faltaba el complemento al entrenamiento matutino. Algo de gimnasia para el cuello, las piernas y los brazos. Los medios para conseguirlo: una entrada para la sala Ritmo y Compás y un chorro de buena música para practicar lo que los anglosajones denominan con mucho acierto headbanging y air guitar playing.

Nos reunimos una audiencia no excesivamente numerosa, pero sí bastante devota, del noruego de las cuerdas vocales de bronce. No diría que son doradas, porque eso daría un tono demasiado brillante, ni argentinas, pues su voz no tiene esos tintes cristalinos. El bronce creo que esconde los matices más crudos, variados, desgarrados, que se pueden degustar en el torrente vocal que emana del pecho -cada vez más generoso- del genial Jørn Lande.

Su actuación vino precedida por dos teloneros. En primer lugar, sus compatriotas The Triosphere, comandados por una vikinga de armas tomar con espaldas y brazos de nadadora, que a simple vista hasta me recordaba a Jørn. Luego constaté que no son familia, así que debe de ser la cara estándar en esas tierras. Grupo correcto que se merece alguna escucha más detenida, y en el que me sorprendió gratamente que la cantante, Ida, no se ajusta a los dos estereotipos m´sa habituales de las cantantes femeninas de metal: la corriente de voz operística, por un lado, y la de voz extrema, a lo Arch Enemy.

A continuación, unos suizos con frontman italiano, Pure Inc. Curiosa mezcla, con apuntes de hard rock, otros alternativos, otros heavies, aderezados con una voz más que notable, al menos en cuanto a aptitudes. Es cierto que el cantante tiende peligrosamente al grito, pero no lo es menos que el tío tiene un registro muy amplio y una resistencia fuera de toda duda. A ratos suena a Chris Cornell y a ratos a cantante clásico de Hard Rock. A destacar la originalidad del comienzo del concierto, con una peculiar versión de The End, de los Doors, y el final, con una interpretación espídica de la Immigrant Song de los Zeppelin.

Para terminar, Jørn. Fue un concierto un poco corto, pero que se convirtió en un auténtico disfrute en el tiempo que duró. Le vi más suelto y abierto que cuando asistí al concierto de Masterplan hace unos años en el Headbanger's Ballroom de Hamburgo. Tampoco es que sea la alegría de la huerta, pero interactúa más con el público. Y lo que no deja de sorprenderme es cómo calca todas y cada una de las texturas de su voz en los discos, y cómo cuando no lo hace es porque mete variaciones que enriquecen más si cabe la interpretación. Es un monstruo, un animal, y seguiré pensando que es el mejor cantante de rock que me he podido echar a las orejas, perdón, a los oídos.

Buen repaso por su discografía, tocando un poco de cada palo e incidiendo en su última publicación, coronando todo con una versión sencillamente epatante de Stormbringer.

Se me olvida decir que me gustó el concierto, jaja.




Volviendo a lo atlético, tengo que incidir en algo que no deja de sorprenderme, y que no por ya profusamente comentado debo dejar pasar. Este domingo se celebra el 44º Cross del Canguro en el bosque de la Casa de Campo. Pues bien, en esta carrera en la que todos los años te puedes apuntar en la línea de salida sin ningún tipo de problema... ¡se han agotado los dorsales! Nosotros nos habíamos hecho ya con uno la semana pasada en Running Company, sencillamente por el hecho de ahorrarte 2 € respecto de la inscripción in situ, y porque de este modo no andas con prisas a la hora de hacerte con el dorsal el mismo día de la carrera.

Estamos inmersos en una fiebre de locura que hace que cada fin de semana haya múltiples carreras en Madrid, tanto en ruta como de campo a través, y cada vez se hace más complicado pensarse con tranquilidad la participación. En cuanto te descuidas, los dorsales han volado y no tienes ocasión de correr. Creo que la burbuja se está hinchando a ritmos forzados, y antes o después terminará por reventar. Seguiremos con atención en qué acaba todo esto, pero no me gusta la pinta que está tomando.





5 comentarios:

sermor dijo...

Caramba, vaya crónica que has soltado. Parece que fue mucho mejor que la otra vez que vi a Jorn en Madrid. Entonces creo que el sonido no fue el mejor posible.

Carreras, si me apuntoa a alguna que sea discreta, salvando la Sansil Internacional, que ya tampoco es discreta (entendida en este caso en el número reducido de participantes)

Ishtar dijo...

No estuvo mal, no estuvo mal... ;-))

Y pregúntale a nuestra amiga de Air Guitar, que leí ayer por ahi en pleno acto de cotilleo que había sido subcampeona de España... qué friki jajaja.

Sergio, lo que tienes que hacer es venirte conmigo a la Sansil Vicalvareña, que así tenemos más probabilidades de que nos toque el jamón jeje

Besitos!

Mildolores dijo...

No sé amigo Pala, pero ayer lo hablaba con un aimeguete corredor. Recuerod cuando la Akiles la corrían 500 y te sacabas el dorsal un par de dias antes. O la Canillejas con mil y pocos inscritos y deciamos ¡¡Halaaaa!! O el Csic... En fin. Carreras para olvidar, casi.
Las gratuitas son una opción, casi son las únicas en las que no se agotan los dorsales, no lo entiendo.
Los crosses otra opción mas.
Pero las populares. No sé. No veo por donde puede estallar la burbuja, pero algo pasará. Espero que la moda de correr, o al menos la moda de comprar dorsales.

Mildolores dijo...

Aimeguete, recuerod...
Perdón, las prisas.

Miguel dijo...

Sergio, las grandes ocasiones merecen algo especial, como es el incluir una crónica de este estilo en el blog. Joer, es que Jorn es grande, grande.

De las carreras estoy ya hasta las pelotas. Una de las cosas extraordinarias de estar federado es la posibilidad de participar en crosses, por ejemplo, en los que se corre siempre bien y sin agobios. Además de esto, últimamente siempre voy buscando carreras cómodas.

La única excepción es la SSV, aunque es cierto que la internacional sí permite correr bien desde el principio.

Esther, te he seguido en los cotilleos y es verdad, jajaja. Bueno, me he enterado de lo del Air Guitar y he visto algunas fotos y videos que me han revelado que vivía en la inopia, juasjuas.

A ver si me paso a veros en la Vicalvareña, que ahora me pilla muy a mano.

Mildo, pues ya ves lo que opino. Últimamente trato de huir, pero cada vez es más difícil. Este año hasta en Alcalá ya había demasiada gente.

Tampoco sé si estallará y por dónde, pero teniendo en cuenta que lo que ocurre no me parece natural, imagino que la cosa morirá de éxito. Igual acabamos los 'habituales' hasta las narices de estas carreras, que copan el mercado. Empezamos a no participar y, al quedarse ellas con el mercado del gran público, desaparecen las carreras más pequeñas. No sé, es una posibilidad, pero se me hace difícil ver por dónde pueda salir la cosa, la verdad.