15.3.08

Carrera del Dólico


Vamos a tirar un poco de búsqueda en internete y de cultureta: cuando se habla de los antiguos juegos olímpicos, en sus orígenes griegos, hemos de tener en cuenta que el número y variedad de los eventos disputados era mucho menor que en la actualidad, obviamente. Una de las diferencias fundamentales con la actualidad es que entonces eran las disciplinas atléticas las que copaban casi por completo el calendario de los juegos. Esto tiene su lógica, pues en ellas se daba una combinación de exaltación de las cualidades deportivas del atleta, y de utilidad pura y dura en términos prácticos (fomentación de cualidades con aplicación directa en la vida civil y, sobre todo, militar, de las poleis). Otra cosa es que el concepto de "atletismo" fuese mucho más amplio. ¿A que no nos imaginamos a un soldado corriendo con toda la impedimenta por el estadio olímpico? Pues algo así debía de ser su Hoplitodromos.

Había boxeo, lucha, pancracio (o sea, etimológicamente, algo así como un "todo vale"), carreras de carros... y varios tipos de carreras de velocidad o resistencia. El estadio era una prueba de velocidad, cubriendo una distancia en torno a los 200 metros. El diaulo era la carrera del "doble estadio", unos 400 metros.

Finalmente, la resistencia de los atletas se probaba en el dólico, carrera de entre 4 y 5 kilómetros de longitud con salida y llegada en el estadio, y recorrida por las zonas circundantes del estadio. Y esto es, más o menos, lo que trata de revivir la Escuela de Estadísitica de la UCM. Una carrera de, según ellos, 4615 metros (en realidad, unos 4500) que sale y llega en la vetusta pista de ceniza del SEU, y que da dos vueltas en torno a este complejo, con lo que eso supone: una ración de cuestas importante, hoy aderezada con viento, y con algún obstáculo "natural" en forma de bolardos y paradas de autobús en medio del recorrido.

No obstante, la carrera me ha gustado mucho, por la facilidad para apuntarse, por ser gratuita y concentrar a poca gente -se corría de lujo-, y porque el gran nivel que siempre tiene anima a darle cera a las piernas. Este era el objetivo: competir en alguna carrera antes de Laredo con el objeto de coger chispa y ritmo. Así lo hemos hecho, además en una distancia corta para incidir en el aspecto agónico y coger una puntita de velocidad que sumar a todo el volumen que llevamos encima.

A fe que hemos salido rápido: calculo que, por referencias que tenía, hemos cubierto el primer mil en unos 3:25, con varias curvas y en continua subida. Desde ahí, a tratar de mantener el ritmo y no perder en exceso en las fuertes subidas con que nos obsequia el recorrido. He cometido un error táctico, tal y como luego me explicaba Carlos Domínguez: al ir a concluir la primer vuelta, se me ha unido él con otro atleta, y rápidamente me he encontrado bien y he apretado un pelín las tuercas, yéndome en el tramo de subida. Ellos al final me han pasado en la bajada de la segunda vuelta. Lección a aprender: guarda un pelo más subiendo para bajar más fresco y no perder comba en esos tramos.

Al final, contento con el resultado pues, comparando con otros corredores, parece que voy cogiendo forma y que el camino a Laredo no va mal. Al concluir, amena charla con los hermanos Domínguez, Dani, Juan Botella, conocidos de la Dehesa, Malagueta, Txamo, Felipem... ¡qué bonita mañana!

Ahora, a seguir entrenando, y me temo que escribiendo poco: mañana aterrizamos en Edimburgo, y a lo largo de 10 días estaremos entre Escocia e Irlanda. Cuando pueda, os cuento.

11.3.08

De Febrerillo loco a Marzo ventoso


Se pondera habitualmente la sabiduría del (viejo) refranero español. Y lo cierto es que aunque no siempre acierta, nos encontramos muchas otras veces con que el dardo da de lleno en la diana. Será porque casi hay un refrán para cada circunstancia, especialmente las meteorológicas, pero el caso es que es así.

Hemos pasado un mes de Febrero con poco frío, mucho sol, y algún cambio brusco. Podemos decir que ha sido un mes con su puntito de locura, pero sin excesos. Eso sí, ha sido llegar Marzo y el viento se ha desatado, dispuesto a refrendar su protagonismo en estos 31 días. Así las cosas, ya el pasado jueves había que buscarse las habichuelas para no sufrir en exceso su protagonismo en los 400's. De acuerdo con la gráfica adjunta, ese día nos encontramos con vientos medios de 43 km/h, con ráfagas de 65 km/h.

A lo largo del fin de semana se calmó algo, lo que no hizo que el entrenamiento del viernes fuese el mejor de los posibles: arrastraban las piernas el cansancio de los 400's del INEF, que fueron a buen ritmo, y hasta el sábado en el R3, o intensivo, notaba la incapacidad para levantar las rodillas con soltura, como si llevase lastres atados a las rodillas. Claro: en las series vamos tocando ritmos más altos, pero al mismo tiempo el volumen global no decae, pues los 20 km tranquilos del domingo en la CdC sirvieron para redondear 100 km semanales.

Al menos ayer las bielas ya estaban más frescas... pero volvió con fiereza la brisita. 50 km/h de media, y más de 90 km/h de máxima. Lo justo para hacer de los miles vicalvareños una experiencia poco recomendable... o no. Nos juntamos Alberto, Mario, Dani y yo, con la compañía esporádica de Manuel en algún 400, y lo cierto es que cumplimos con los deberes con fidelidad escrupulosa. Un 400 tirado por uno, otro 400 lanzado por otro; algunas vueltas al frente del convoy, otras resguardado en el pelotón. Cayeron las series, desde el ritmo de calentamiento del mil inicial (3:32) a los 3:20 del último, que me dejaron satisfecho dadas las circunstancias meteorológicas.

Menos mal que parece que el amigo viento se ha empezado a despedir de nosotros... de momento.

PS - Hablando del febrerillo: 340 km, incluyendo la bajada por la media, y la semana siguiente.
Los ritmos: 4'17'' de ritmo medio, distribuido como sigue:
  • >4'45'' 58,98 17,28%
  • 4'25-4'45'' 76,19 22,33%
  • 4'10''-4'25'' 64,21 18,82%
  • 4'00''-4'10'' 25,46 7,46%
  • 3'50''-4'00'' 42,60 12,49%
  • 3'40''-3'50'' 30,69 8,99%
  • 3'30''-3'40'' 22,08 6,47%
  • <3'30'' 21,00 6,15%

5.3.08

Tres vueltas al ruedo


Me pongo taurino; no es que quiera contrarrestar la decepción de Torrevieja con una supuesta faena exitosa coronada con tres clamorosas vueltas al ruedo. No es eso. Simplemente es que desde entonces he vivido tres vueltas al ruedo. Y es que a lo tonto, a lo tonto, llevaba un montón sin actualizar el blog, por mor de dos semanas muy liadas.

Primera vuelta al ruedo, en este caso al ruedo ibérico, que diría Valle-Inclán. Sí, la semana pasada fue otra de esas de curso, en esta ocasión un poco más desahogada, pero siempre interesante, amena y llena de actividades. En esta ocasión nos hemos dejado caer por las orillas del Lago Constanza, en Friedrichshafen, perteneciente a la costa septentrional, alemana. Como venía de la media, la semana no fue muy intensa.
Así, me limité a rodar el martes y el miércoles, y el jueves metí cuatro militos en medio del rodaje por debajo de 4 mpk. Claro, que entre que lo hice dentro del rodaje, que hacía frío (-2ºC), y que era tan pronto como de costumbre en estos viajes (alrededor de las 7 de la mañana), costaron bastante. El viernes, elíptica y gimnasio, que estaba lloviendo fuera y no me apetecía hacer la maleta con la ropa y el calzado llenos de agua.

Segunda vuelta al ruedo, ya en los Madriles. El sábado me fui al cross universitario de la Complu, el último del circuito madrileño, que se disputa en el parque del Oeste. Ya lo conocía, y sabía que aun saliendo a rodar, se sufre, pues por un lado hay que subir la eterna recta de la Avenida de Séneca, y por otro lado el resto de los más de 8000 metros discurren entre curvas, giros, cambios de ritmo y constantes subeybajas que no dejan lugar ni a un metro de llano. Así las cosas, y como no había hecho nada de calidad a lo largo de la semana, decidí correr fuerte.

Salimos rapidito, como siempre, y pasé buena parte de la primera vuelta recuperando puestos. Ya en la segunda se trataba de mantener el ritmo en la medida de lo posible (o sea, que no se mantuvo, porque en un circuito de este tipo la sucesión de repechos pasa mucha factura), así como el puesto. Al final, también influido por el campeonato por clubes del día siguiente, y la consiguiente falta de algunos buenos corredores, terminé en un puesto poco habitual para mi en estos crosses (21º), acostumbrado a entrar entre el 40 y el 50. En cualquier caso, creo que me salió una carrera bastante decente. La foto que ilustra este post es obra de Vijapi, tomada casi al principio de la carrera (todavía se me ve fresco, jajajaja).

Tercera vuelta al ruedo, en este caso a Vicálvaro, por donde hacía mucho que no aparecía. Nos juntamos Dani, Mario, Alberto, Javi y yo, a hacer miles con 3'. Yo lo dejé en 6 por la proximidad del cross y porque prefiero ir acabando con buenas sensaciones e ir poco a poco pillando el puntito. Acabé satisfecho, con fuerza y sin llegar a agonizar. En ligera progresión y muy tentado de terminar alargando el entrenamiento uno o dos miles más... pero prefería quedarme con esa sensación positiva producto de acabar bien, fuerte, el último de los miles. Espectacular, por otro lado, cómo acabaron Mario y Dani.

Ayer cayeron unos 15 km a ritmo cómodo y hoy se jodieron las series porque en Vicálvaro no dejaban utilizar la pista por problemas derivados del viento. Así que ha habido suerte y he quedado con Mario y David por mi barrio, disfrutando de las cuestas y casi una horita de rodaje suave, tardío. Los 400's, para mañana.