31.12.08

Nervios

¿Qué tiene esta carrera? ¿Qué hace que ni tan siquiera este año, que no puedo plantearme hacer un buen crono, me libro de los nervios? Haciendo uso de una expresión manida donde las haya, soy un manojo de los mismos, o sea de nervios. Ya esta noche la he pasado en un duermevela continuo desde eso de las siete. Vigilia mezclada con largas cabezadas que venían aderezadas por extraños sueños.
Lo más raro ha sido verme en Zaragoza en medio de un diluvio a punto de empezar a correr un maratón. Esto parece una mezcolanza de bestias negras y malos pensamientos que se concentran en la cabeza como fruto de esa situación de nervios de la que hablo. Por un lado, me he ubicado en Zaragoza, donde viví mi peor momento como lesionado. Por otro, nos ha acompañado una lluvia a la que estamos temiendo desde hace unos días, y que nos hace mirar el pronóstico meteorológico hora sí, hora también. Por último, la agonía del diezmil se ha transformado por unos instantes en el largo desgaste del maratón, como esa meta lejana que se presenta al final del año que estamos a punto de comenzar.

Me he despertado y todo ha vuelto a su sitio, como suele ser habitual en estas ocasiones. Pero no se me ha quitado de encima la sensación de desasosiego e intranquilidad. No lo ha logrado el paseo matutino por el barrio. No lo ha logrado el plato de lentejas que fruto de la tradición en el Año Viejo he tomado para comer. Tampoco la infusión que pretendía preceder una siesta inexistente. Así que nada mejor que prepararme para saludar a los que van a correr la popular y, de ese modo, tratar de salir un poco de dentro de mi, que es donde siempre me recluyo en los mediodías y las tardes de San Silvestre desde que me dedico a despedir el año corriendo.

En cualquier caso, es el mejor momento para celebrar que tal día como hoy, hace cinco años, corrí mi primera carrera popular. Fue en la SSV Popular de 2003, que terminé en un tiempo de 44:15, aproximadamente. Aún recuerdo que al día siguiente salí a trotar y me preguntaba: "¿Cuánto tiempo me durará la tontería ésta de correr?" Pues nada, en el 2004 conseguí hacerme con un puesto en la Internacional, donde volví a bajar de 38' por los pelos. En el 2005 anduve por los 36:30 que había hecho en Canillejas y Aranjuez. Ya en 2006 hice mi mejor tiempo en la SSV, en este caso un 34:45. Y el año pasado, 34:58 por mi crono.

Esta vez volveremos a ver un 36 o 37 en el crono, con toda seguridad. Pero lo importante es, un año más, poder estar allí, salir sin lesiones, y haber sentido estos maravillosos nervios durante todo el día.

18.12.08

Rojo

Ayer fue un día rojo. Rojo por la mañana camino de la reunión que me tuvo ocupado en Tres Cantos. Circulaba por la M-607 en torno a las 8:30. En ese momento el sol empezaba a asomar la gaita por la tronera del este, más bien sureste en estas proximidades del solsticio, y antes incluso de dejarse ver desparramaba su luz hacia las montañas que cierran Madrid por el noroeste. Allí, fruto de las nieves del fin de semana, un lienzo blanco parecía querer ser una enorme pantalla que reflejase el cañón lumínico del astro rey. Fruto de este encuentro, un tono rojizo cubría el horizonte ondulado y nos regalaba una imagen que invitaba a soltar la moto y sentarse en el suelo a disfrutar del espectáculo. ¡Qué cosa más bonita, disfrutar del amanecer rebotando en las laderas nevadas de la sierra! Me imagino ahora a los habitantes de la caverna de Platón, que no veían la Verdad al disfrutar sólo de las sombras proyectadas en las paredes de la cueva, en lugar de mirar directamente a la fuente de luz. Pero ayer me satisfizo ser un ignorante y no mirar al sol de cara, sino dejarme llevar por su ¿engañoso? reflejo en las paredes de mi caverna. Qué placer, a veces, renunciar a la luz.

Rojo por la tarde - noche. El rojo de miles y miles de pilotos traseros de coches inundando las carreteras de Madrid y alrededores. Salimos a las seis de Tres Cantos, y ya entonces aquello era una procesión interminable de luminarias que se extendían entre Tres Cantos y la M-40. Luces rojas tenues, intensas, ámbar intermitente, rojo fugaz por una frenada inesperada, y yo tratando de avanzar entre la marea, siempre atento a un cambio de carril inesperado que pueda llevarme al suelo. Y veo eso y se me hace impensable que tanta gente renuncie a usar el transporte público o a usar medios alternativos (léase la moto, léase compartir coche) con tal de evitarse perder tres horas todos los días y, lo que es más importante, con tal de ahorrarse el cabreo monumental con que deben de saludar en la empresa a sus compañeros, y que se deben de llevar como regalo vespertino a sus hogares. Por más que le doy vueltas soy incapaz de encontrarle una explicación. ¿Es eso vida? Me decía hoy Sergio, con razón, que eso es suficiente argumento para cambiar de casa o de trabajo, si lo del medio de transporte no tiene solución. Tampoco viene mal de vez en cuando meterse en estos ríos de lava roja destellante para así darme cuenta de la suerte que tengo de tardar 25 minutos en llegar al trabajo y, encima, sin coste.

Rojo para terminar el día en Vicálvaro: el rojo anaranjado del tartán que echaba de menos y que ya llevo probando dos semanas consecutivas. Aún en proceso de regreso a los entrenamientos, estoy adaptándome poco a poco a lo que me parece razonable y creo que me puede venir bien. Ayer Alberto y Mario tenían un 3000 - 2000 - 1000 a ritmos que aún no puedo manejar, mientras que Luis iba a afrontar un 3 x 1000 al que me podía unir sin problemas. Así, combinando tramos con unos y otro, hice cinco miles sin mucha recuperación, siendo ésta siempre al trote, a ritmos nada estratosféricos pero que me dejan contento porque además tuve buenas sensaciones. Unas cuantas vueltas a la pista y mucha conversación distendida con los compañeros de entrenamiento para terminar un día largo, variado y al mismo tiempo satisfactorio.

14.12.08

Fin de semana de cross

Parece que se han confabulado los hados para brindarnos un fin de
semana de campo a través por todo lo alto. Además, han sido generosos y
no se han limitado a actuar en casa, sino que lo han hecho también,
como correspondía, a unos 2000 km de distancia de Madrid, en Bruselas.


Allí se celebraba la cita anual del campo a través con el Campeonato de
Europa
en sus diferentes categorías. En esta ocasión, y de momento,
hemos podido seguirlo por TVE, algo que de entrada no teníamos
demasiado claro. Ya hace tiempo que el presupuesto y la atención que
destina la televisión pública al atletismo en general, y al cross en
particular, vienen decayendo. Así, cada vez es más complicado seguir
pruebas emblemáticas del calendario nacional; los narradores no
encuentran comentaristas adecuados para apoyar las retransmisiones; y
el tiempo dedicado a éstas es casi siempre limitado, rozando a veces lo
deficiente al cortar las carreras en el momento en que el tercer o
cuarto corredor ya ha llegado a la meta. Pero es lo que toca, es la
combinación de dos factores: por una parte, creo que la afición al
atletismo no está extendida entre los televidentes, y nos toca aceptar
que la programación se centre en otros deportes con más tirón. Por otro
lado, tengo la impresión de que la labor del equipo técnico tiene mucho
que mejorar, y su poca capacidad para transmitir emoción, para mejorar
las retransmisiones y enganchar a más aficionados, realimenta el
primero de los factores de los que hablo.

Sea como sea, vamos al grano, que me voy liando. Por las circunstancias
que aclararé unas líneas más abajo, sólo he seguido las carreras de las
categorías senior, donde tanto las chicas como los chicos de España han
tenido papeles destacados.

Con el archiconocido Atomium como telón de fondo, Rosa Morató no ha
podido renovar el podio alcanzado en la edición de Toro en 2007. Sin
embargo, creo que debemos valorar de manera muy positiva su rendimiento
en una carrera en la que en gran parte del recorrido se ha encontrado
sola y luchando entre dos aguas. Así las cosas, ha logrado la quinta
plaza por detrás de la holandesa Hilda Kibet, el dúo portugués de
Jessica Augusto e Ines Monteiro -admirable el mimo con que se trata en
Portugal a la preciosa especialidad del campo a través-, y la irlandesa
Mary Cullen. No han ido tan bien las cosas en la clasificación
colectiva, en la que España ha quedado en séptimo lugar.

En el apartado masculino, podemos decir que se ha cumplido una
tradición que va camino de hacerse con el manido calificativo de
ancestral. De nuevo, el ucraniano Lebid se ha hecho con el triunfo en
una preciosa carrera en la que ha batallado codo con codo con Mo Farah,
medalla de plata, Mustafa Mohamed, bronce, y Alemayehu Bezabeh, el
etíope recientemente nacionalizado español, quien ha luchado hasta la
última vuelta con el grupo de cabeza, pero que al final ha sufrido un
pinchazo importante, acabando en séptimo lugar. Sin embargo, los
resultados del resto de seleccionados han servido para que España
volviese a hacerse con el oro por selecciones: Ayad Lamdassem (4º),
Sergio Sánchez (13º) y Javi Guerra (15º) también han puntuado,
alzándose con el triunfo frente a la oposición de Francia y Gran
Bretaña - Irlanda del Norte.


Pero, como digo, también en Madrid hemos tenido un fin de semana de
marcado carácter atlético y crossístico. Vamos a hablar del 'correl',
que luego me echan la bronca. Desde el viernes hemos tenido un bajón de
temperaturas y una borrasca amenazando nieve sobre la capital, que en
el caso del extrarradio se ha materializado en una imponente nevada en
el transcurso del cross universitario de la UAM. No participé, pero me
aseguran que a poco de comenzar el evento se desató la ira metorológica
y empezó a cubrirse todo de blanco, con lo que imagino que las escenas
debieron de ser realmente atractivas y cercanas a lo épico. Yo, sin
embargo, me decanté por algo mucho más prosaico, e hice un rodaje de
una hora por Arcentales al que adjunté una sesión de gimnasio siguiendo
los consejos de Vicente. Resultado: las piernas picaban de lo lindo y
hoy me he levantado con la sensación de tener un par de sacos de
legumbre en cada pata.


Y hoy he cumplido con un objetivo que siempre se me ha escapado:
correr el cross de la Dehesa de la Villa que organiza la A.D.C. de los
Poetas
. La coincidencia con Aranjuez solía ser la razón para no poder
participar en este evento, y la verdad es que hay que reconocer que es
una lástima no haber podido debutar antes. Un día magnífico, soleado,
pero frío y ventoso, ha sido el cuadro en que se ha enmarcado una
carrera marcada por los constantes cambios de pendiente, dirección, y
por los restos de nieve que quedaban en el suelo tras la noche pasada.
No había demasiado barro, pero aun así he optado por usar los clavos, y
creo que han venido bien. Mi idea era salir con tiento, pero el poco
tiempo de entrenamiento llevo encima se traduce en que la primera de
las tres vueltas de 2 km que habíamos de recorrer se ha hecho muy
llevadera, y me hacía pensar que podría mantener el ritmo e incluso
incrementarlo. Sin embargo, no ha sido así, con el transcurso de la
carrera he acusado la falta de volumen por ahora, y tenido que ceder un
poco. Al final, un muy buen entrenamiento en un entorno inmejorable, en
una carrera que creo que debería frecuentar más.


Ah. Y todo, gratis, y con una organización excelente. Supongo que
unos kilómetros de allí, en la Casa de Campo, 2500 atletas se estarían
pegando por conseguir un buen lugar en la salida del Trofeo Akiles.

8.12.08

Otoño en la Casa de Campo

Hace unos diez días tuvimos una de esas transiciones bruscas al invierno que tanto caracterizan el clima mesetario de Madrid. Los termómetros cayeron bajo la línea que según el chascarrillo popular separa el frío del calor (ya sabemos: 0º, ni frío ni calor), llegaron las heladas, un viento gélido, y la sensación de que hacía años que el tiempo no nos golpeaba con esa furia. Afortunadamente, los datos están ahí para consultarlos cuando queramos, y resulta que el año pasado tuvimos temperaturas más frías en Noviembre que en este mes pasado.

Sea como sea, el tiempo se vistió de invernal de la cabeza a los pies; preparaba sus mejores galas para recibir la iluminación navideña, e incluso nos hizo soñar con la posibilidad de un manto blanco que saludase al mes de Diciembre a porta gayola. Pero no, al final el calendario ha impuesto su lógica. Esto, que no siempre es así, nos ha llevado a volver al otoño en el transcurso de esta semana, y especialmente en este falso puente de la Constitución. Falso, porque no ha sido tal, dado que el festivo ha caído en lunes y no en martes. Pero es que estábamos tan necesitados de descanso en esta travesía del desierto (del Gobi, imagino, dadas las temperaturas), que todo día feriado nos iba a parecer un acueducto. La borrasca llegó, y hemos vivido tres días de cielos grises, niebla húmeda, y chaparrones abundantes en una atmósfera de temperaturas suaves, lejanas de la escarcha pasada.

Tras semanas sin disfrutar de algo así, he de confesar que me chifla la posibilidad de correr envuelto en ese manto. Si encima tengo la oportunidad de hacerlo en la Casa de Campo, la dicha es doble. Es ahora cuando más bonita se nos viste esta preciosa dama de la urbe madrileña: la humedad, el olor, la combinación de verdes intensos, amarillos en las copas de los árboles, marrones entre rojizos y negruzcos de los troncos de los árboles, hacen que te sientas muy lejos del asfalto, los semáforos y el bullicio cuando no estás más que cuatro pasos de ellos. O cuatro zancadas, por mejor decir. Así que hemos aprovechado para vivir intensamente estos, quizá, últimos coletazos verdaderamente otoñales de la Casa de Campo, antes de que lleguen los fríos de verdad, para hacer un rodaje suave, y otro con un controlado de cinco kilómetros intercalado que me ha servido para dar rienda suelta a las ganas de correr, e ir construyendo una variada base a todo tipo de ritmos en esta pretemporada tardía que ahora mismo estoy viviendo.

5.12.08

El inescrutable placer de gastar dinero

Con el paso del tiempo mi asombro es mayor ante la tendencia que tenemos a derrochar el dinero con una y mil excusas. Esto se puede aplicar a innumerables ámbitos de la vida, y hoy en día es cuestión de actualidad con la omnipresente crisis. Decían anoche los comerciantes en los informativos que habían notado un bajón considerable de ventas porque reconocían tendencias novedosas en los consumidores. Por un lado, los clientes tendrían a comprar sólo lo que resultase necesario. Por otro, está siendo más habitual comparar precios entre establecimientos y elegir aquellos que resultan más baratos. Parece increíble que estas pautas de comportamiento, tan sanas y razonables, sólo se adopten cuando hay que apretarse el cinturón y vemos el futuro económico tambalearse. Es, cuando menos, muy curioso.

Sirva esto como introducción para entrar en harina y largar un poco acerca del mundillo en torno al cual se construye este blog: el del atletismo popular. Parece que si hoy en día hay un ámbito a salvo de las crisis, ése es precisamente este que nos ocupa. Los que me seguís en esta bitácora ya conocéis mis opiniones recientes acerca de la masificación de carreras, de cómo vuelan los dorsales, se multiplican los eventos, y el precio de las inscripciones no para de aumentar. Algo que parece estar en contra de las leyes del mercado, pues a pesar del aumento considerable de la oferta, los precios no bajan... así que sólo queda suponer que la demanda se ha disparado.

Siempre se ha percibido un halo de humildad próxima a la pobreza en el mundo del atletismo. En comparación con otros deportes, nada hay más barato y sencillo que calzarse unas zapatillas, ponerse ropa deportiva y salir a correr. Es más, por las particularidades de esta actividad, ni tan siquiera hace falta ropa muy compleja en los meses de invierno, exceptuando breves períodos de frío extremo. Pues bien, hoy parecemos huir de esta humildad y, de la mano de ese aparente placer que supone gastar dinero, nos rodeamos primero de cachivaches, ropas de todos los tipos, y numerosísimas zapatillas para cada condición posible. A continuación, acudimos a tantas carreras como sea posible, en muchas ocasiones sin pretender competir, sino sólo 'por ir a rodar', cuando esto lo podemos hacer gratuitamente en innumerables lugares y sin ningún tipo de dificultad logística. Y, finalmente, hemos llegado a convertirnos en clientes de saraos muy curiosos. Empezó la cosa con el Start2Run de Nike, algo que parecía nacer como una idea nueva y fresca para potenciar los entrenamientos guiados y en grupo, al calor de la San Silvestre.

Luego han continuado otros experimentos como el Adidas Running Day en el que por un módico precio (que parece más módico gracias al disfraz que le ponen de que el importe de la inscripción se dedicará a fines benéficos... qué asco me da esta moda) pasas un par de horas entre entrenamientos, charlas, pruebas de material y un pincho para redondear el evento.

Y ahora ha llegado la última de las propuestas, procedente de la afamada tienda de material atlético Bikila: el Corremos Contigo. Ofrecen entrenamientos personalizados y en grupo, una serie de descuentos y ventajas como cliente de Bikila, equipaciones exclusivas... todo bajo la tutela del responsable de fondo de la RFEA, Luis Miguel Landa, y de su señora esposa, la ex-atleta china Dong Liu. Como idea, parece muy bien concebida, pero es que los precios son de traca: por un mes, 45 eurazos. Por un año, 300. Y estoy seguro de que tendrá tirón, porque todo funciona movido por ese inescrutable e inexplicable placer al que hago referencia al comienzo de esta entrada. En fin, no quiero dar la sensación de estar en contra de estas iniciativas, pues me parece que se deben al legítimo deseo de ganar dinero por medio de un negocio perfectamente legítimo. Sólo digo que no entiendo que estas cosas lleguen a triunfar, que podamos pagar esa pasta por hacer algo que no tendría por qué costar nada o casi nada.

Ayer mismamente, por poner un ejemplo, disfruté de un entrenamiento en grupo en Arcentales, y lo cierto es que no me salió mal de precio: cero euretes. Me junté con la cuadra del Edward, y me uní a su 10 x 400, todavía con una mezcla de prudencia en los ritmos y de incapacidad para ir mucho más rápido. Así las cosas, completamos un buen rodaje previo y un bloque de cuatrocientos en los que la mitad se hicieron cuesta arriba y con el viento en contra, y la otra mitad en descenso y con el viento en la espalda. Poco a poco vamos entrando en materia.

Este entrenamiento venía después del Canguro del domingo, donde me encontré razonablemente bien, y del rodaje con gimnasio del martes. El miércoles hice un entrenamiento cruzado perpetrando una lamentable actuación en un partidillo de fútbol sala. No me canso corriendo por la pista, pero eso ayuda poco a la hora de controlar el balón, me temo...