18.5.09

El pintxo más dulce

Siempre que regreso de San Sebastián, aunque sea tras una estancia de uno o dos días, lo hago con cierta nostalgia, con un puntito de morriña y con la promesa cierta de volver en cuanto me resulte posible. En esta ocasión, por si fuese poco, me cargo de una nueva razón para tenerle un cariño especial a esta ciudad.

Es el color de sus laderas, la fuerza bruta de su cielo tormentoso a veces, o raso, soleado y luminoso algunas otras. Es el carácter de su gente; la exquisitez rotunda de su gastronomía; las avenidas arboladas, casi techadas por copas seguramente centenarias; la mezcla de señorío, juventud, elegancia y alboroto que respiran sus barrios... es, en fin, todo.

Una vez más me presenté allí con la firme intención de disfrutar de la bella Easo, de pasar tres días de sosegado turismo por sus calles - y por las de Hondarribia- y, en la medida de lo posible, de hacer por fin una buena carrera en su medio maratón. Digo por fin, porque año a año, ya fuese por el clima, por mi estado de forma, o por ambas razones, nunca había quedado completamente satisfecho con los resultados. Pero esta vez sí. Y eso a pesar de que no quería confesarlo, pero llevaba casi dos semanas de sensaciones un tanto ambiguas en los entrenamientos, probablemente fruto de la llegada del calor y las temperaturas más veraniegas.

Así y todo, decidí no dejarme amilanar, y me he situado en la línea de salida con la intención de ir a por todas. Sé que cada año pasado la situación de los kilómetros era defectuosa, así que he decidido salir por sensaciones y controlar el ritmo sólo cada cinco kilómetros, aunque fuese echando un ojo de vez en cuando al crono. Esto se ha traducido en una carrera mal corrida, pero con resultados mejores de los esperados. Ya desde el principio he visto una sucesión de parciales kilométricos en torno a los 3:30... que no eran achacables a una mala colocación de los puntos kilométricos, pues no se corregían unos con otros, sino que se debían simplemente a que iba demasiado rápido.

Al principio he ido en un grupo numeroso, pero éste pronto se ha descompuesto, y ya desde el kilómetro 5 o 6 he ido acompañado de uno, dos, a lo sumo tres corredores, sin posibilidad de relevarme o de resguardarme en los tramos en que hubiese algo de viento... que ha sido escaso, dicha sea la verdad.

En soledad por las avenidas donostiarras

En soledad por las avenidas donostiarras

Al paso por el kilómetro 10, excesivamente rápido -35:15- ya estaba completamente solo, con la idea de que algo perdería, pero que el sub-1.16 era más que factible. Así, he seguido haciendo el recorrido tratando de cazar a corredores, y dejándome llevar por Raúl, quien me ha acompañado en dos tramos de la carrera. Y, efectivamente, he cedido en el ritmo, pero no en exceso. He pasado la crisis del 15-16, he enfilado la calle San Martín, donde me he vuelto a encontrar cómodo merced a la compañía inestimable y nada fraudulenta (:-)) de Raúl, y he seguido apretando los dientes en ese difícil paso por contrameta en el que no quieres sino terminar ya la carrera. He pasado el 20 en 1.11:44, y he visto que el objetivo estaba hecho, pero la marca quedaba lejos... o no tanto. He conseguido cambiar mucho más de lo esperado, he apretado el culo tanto como ha sido posible,  y con el 1,097 último más rápido de cuantas medias he corrido (3:39), he entrado en meta exultante, por primera vez gritando de satisfacción. Me he abrazado a Raúl y he sido feliz.

En Aita Mari hemos prolongado la felicidad con una comida excelente, con vistas al mar, al Igueldo y a un sol radiante. He degustado así los bocados más dulces de la temporada.

10 comentarios:

Landes dijo...

Buf, vaya tiempazo... aunque lo mejor la satisfacción y el disfrute que se intuye en tus palabras.

Esta tengo que hacer yo algún día, aunque sólo sea por los pintxos de después.

Mildolores dijo...

Sí señor.
Bien ganado te lo tienes. Ahora a ir buscando el descanso correspondiente y a planear nuevos objetivos.

Víctor dijo...

ayer lo vi cuando aparecieron los tiempos en la página de la española,...

enhorabuena!

sermor dijo...

Jesús, María y José!!!

Para ya macho, que no te van a quedar cronos... ;-)

Darío Collado dijo...

Enhorabuena!
Pedazo de crono y de crónica, vuelas!

Ishtar dijo...

¡¡Pero qué pedazo de tiempazo!!! 8-O

Al final esta temporada, que se te nota un poco más relajadillo en cuanto a estrés de marcas y demás, estás bordando las carreras, ¿eh? :-)

Besitos, cuñaete maquinón!

vsblanco dijo...

Enhorabuena por esa marquita.
Deja algo para el año que viene que si no se te van a acabar los retos.

Miguel dijo...

Luis, puedo dar fe de que esta carrera me ha llenado de satisfacción. Joer, he corrido cuatro años, y si esto fuese una cuestión de matemáticas, el año que viene me salgo, jajaja: 1h26, 1h20, 1h18, 1h15.

Los pintxos, mu bien. Pero en restaurante, todavía mejor, jeje.

Antonio, el descanso se prolonga esta semana. Luego hay un objetivo en pista... y NY.

Víctor, muchas gracias. Ahora te toca a ti, esta vez en Motril. Hay que pasar un poquito de calor, pero pronostico una nueva marquita ;-)

Sergio, lo mío no tiene mérito: la marca sale a base de entrenar. Lo que no concibo es lo tuyo, jajaja.

Cuñá, hoy soy yo quien te tiene que dar la enhorabuena, creo :-D
Y tienes razón: estoy mucho más relajado, y así las cosas salen casi "fáciles".

Darío, deja, deja, a ti sí te están esperando en las alturas. Y sé que el año que viene, en cuanto empieces desde el otoño sin lesiones, vas a volver por tus fueros. ¡Espero estar para contarlo!

Vicen, me vas a permitir que aún quiera batir la marca del 3000, jejeje. Luego ya nos ponemos con los maratones y esas cosas ;-)

vsblanco dijo...

P'a ese 3.000 quiero estar ya fino, así que podré echarte una mano (espero)

Miguel dijo...

Vicente... nos quedamos sin 3.000 :-((